021: Dalias para Clara

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Eran alrededor de las 17:55 cuando Óscar llegó al cementerio

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Eran alrededor de las 17:55 cuando Óscar llegó al cementerio. Con todo lo que había estado pasando durante los últimos días no había reparado en que el entierro de Clara estaba a la vuelta de la esquina, y si no llega a ser porque la hermana de la que había sido su novia lo llamó la noche anterior para recordárselo, muy probablemente no habría ido. Agradeció que a ella se le hubiese ocurrido llamarlo, porque sino habría dado muy mala imagen y un mensaje equivocado al resto de asistentes.

El lugar era bastante extenso. Altos muros de ladrillo negro con cientos de lápidas se alzaban por doquier, formando una especie de desesperanzadoras callejuelas adornadas con todo tipo de flores, muchas de ellas ya marchitas. Los últimos rayos de sol de aquel nublado día chocaban contra el suelo de piedra rojiza que de vez en cuando dejaba entrever algún hierbajo sin arrancar entre las baldosas, aunque también había zonas en las que el suelo sólo era un manto verde de césped. Según le habían dicho, y siguiendo a las personas que por allí pasaban, el funeral tendría lugar en la zona norte del cementerio, pero cuando llegó allí no esperaba encontrarse con...

—¿Félix?

Este se giró en su dirección con un semblante serio. Iba vestido de riguroso luto y en sus manos llevaba un ramillete de flores rojas. Óscar se acercó a él a paso acelerado, casi como si estuviese corriendo.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó.

—Mi prima era amiga de Clara y ayer me dijo que hoy sería su entierro. ¿Y tú?

—Me lo dijo su hermana.

—Ah.

Un viento un tanto aciago les hacía compañía mientras ambos permanecían en un incómodo silencio. Óscar, fijándose en las flores de Félix, intentó sacarle tema de conversación de la mejor manera que pudo.

—¿Qué flores son esas?

—Dalias. Dalias rojas.

—¿Y por qué has traído esas flores precisamente?

—Representan amor perpetuo. ¿A ti no te gustaba la floriografía? El otro día dijiste lo que significaba el ramo que te di sin que yo lo supiese.

—Sólo sé dos o tres significados de flores, pero conocía ese ramo porque a mi madre le encantaban las peonías. ¿Por qué has elegido dalias, entonces? ¿Tanto querías a Clara?

Félix suspiró cabizbajo, tomándose el tiempo que consideró necesario antes de contestar.

—Puede que ahora no fuésemos muy cercanos, pero fue la primera amiga que hice cuando vine a la uni. Nos conocimos de casualidad y... Bueno, primero fue un año duro para mí, me pasaron muchas cosas a la vez y ella me ayudó a gestionarlo todo.

Empezaron a llegar más asistentes al lugar y Óscar no reconocía a nadie, pensó que serían familiares de Clara, pero tampoco les preguntó. En su lugar, siguió hablando con Félix:

Una mentira para Óscar [©]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora