Capítulo 6

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Rastro: Cuestión de honor.

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Reino Unido, Kingston Upon Thames

6:45AM

Él

Mamá siempre tuvo a papá como un pilar, Sam siempre tuvo a Harry como un aliado, Patrick siempre tenía a todo el mundo en la palma de su pequeña mano como un bebé debe ser amado, todos tenían a alguien y yo solo tenía la responsabilidad de cuidarlos y deshumanizarme por cumplir el egoísta sueño de mi padre, tenerlos cerca me hacía pensar en mamá efusivamente, el cuerpo se me adormecía a razón, ellos eran sus hijos, sus pequeños, los niños que me suplicó que cuidara y que nunca se esforzó en salvar, empero yo estaba cansado de cuidar de otros, ya no quería que nadie dependiera de mí, era tan solo un niño y uno no espera tener tales responsabilidades a los diez años ni a los veintidós. Quería tener a alguien, que me amara y pudiera llamar "mía".

La gente como yo no merece tal galardón.

—¿Qué es lo que vamos a hacer?—Sam transpiraba pesadamente en asiento aterciopelado de la camioneta blanca de cuatro puertas, al lado suyo se encontraba Harry con Patrick dormido al hombro, las ganas de llorar eran notorias.

Cuando llegó el momento de abandonar Monterrey Patrick entró en estado de shock y colera, pateo, renegó y lloró con ganas —No quiero ir, no te conozco, quiero quedarme con mi mamá, pateando a sin contemplación de los objetivos, me dolió en el alma ver como bajo mis ordenes llevaron a Nettle y a otro más a llevarlo a rastras fuera de la casa, como si de un animal se tratara, espalda y costillas agudizadas contra el pecho de un hombre con mucha más fuerza que él, le vi intentando clavarle las uñas en el dorso de sus manos hasta que pudo llevarse parte de la parte debajo —Sam, no, no quiero"—chilló y mi interior se fragmentó, papá me había enseñado que suplicar era cosa de cobardes y estúpidos. Patrick no me pareció ni estúpido ni cobarde, me parecía solo un niño que suplicaba y peleaba con uñas y dientes que no le arrancaran el mundo que llevaba incrustado en el pecho. Al final pedí que lo sedaran, Sam me miro embelesado cuando me quede en pie frente a la camioneta sin hacer nada al respecto, ¿en ese entonces también pedí que lo sedaran a él? el recuerdo me era inextricable, de aquello también tenía diez versiones diferentes del mismo momento y nunca encontré la correcta.    Isela lloró aun más, en su enfado empujo a Sam y se abrazo de Patrick que comenzaba a sentirse soñoliento en suelo. 

Lo abrazó como una madre de verdad, acunándolo y repartiendo besos sobre su rostro, le balbuceó al oído cosas que el martilleo de mi cabeza no me permitieron escuchar una vez éste se durmió Nettle lo cargo haciendo uso de otros dos de sus compañeros para arrancárselo de las manos a Isela. Sam abrazó a Jupe con la fuerza con la que se dan los últimos abrazos, también se balbucearon cosas al oído —Vuelve o iré por ti—, le había dicho Jupe, sin embargo a mí ya me había dicho que jamás volvería a buscarlo. Me sentía tan mal por darles una vida y quitárselas tan repentinamente que no me atreví a mirar por la ventana en caso de que aquellos se besaran. 

Redifícame: El Arte Supremo De La Guerra   [Tom Holland y tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora