Redifícame: El Arte Supremo De La Guerra [Tom Holland y tú]

Capítulo 19

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Sacrificios

Parte II

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"Siempre estoy listo para una guerra de nuevo,
ve por ese camino de nuevo,
es lo mismo,
siempre estoy listo para tomar una vida otra vez
sabes que volveré a conducir,
es todo lo mismo.

Dime ¿Quién va a salvarme de mí?
cuando esta vida es todo lo que sé
Dime ¿Quién va a salvarme de este infierno?
Sin ti, estoy solo"

—Pray for me, Kendrick Lamar.

Ella

—Sabes que detesto las cursilerías y el patetismo, prefiero ver como se los comen vivos desde fuera—nombro cruel—, aunque sería muy aburrido ver el a masacre y no poder decir que yo fuí parte de él.

Un alivio creció en mi interior y por ascuas en el estomago de los otros dos varones que sonrieron ante las palabras de Samantha, que era mejor tener de aliada que de enemiga. Ahora los tres pupilos del mafioso desalmado conocido en vida como Dominic Holland estaban a la cabeza de la guerra.

—¿Qué podemos hacer ahora?—preguntó Harrison con exaltación, listo para comenzar la contienda, se arremango el suéter hasta los codos y se acerco hasta Tom para quedar de pie fuera del escenario.

—No tenemos mucha información acerca de quién puede estar detrás de todo esto y todos nuestros hombres están muertos o escondidos como ratas—estudió Samantha, acercándose de igual manera a Harrison y a Tom para colocar sus manos sobre el escenario.

—Te tengo todo un ejercito nuevo, todos a la altura de un CCG, ansiosos y desperados—motivo el castaño a la pelirroja que le sonrió complacida—, esta tarde los conocerás.

—¿Hiciste un imperio a nuestras espaldas?—preguntó Harrison incrédulo.

—Tiembla novato—le replicó la pelirroja—. Sí ya dejaste de temblar, ¿Qué haremos al respecto?

Soltó la pregunta al aire como si alguien realmente tuviera la capacidad de responderla.

Recomendación para escuchar al leer: Pray for me I Kendrick Lamar

—"El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar" Sun Tzu, Diario de Chiapas. —Citó el castaño, tomando el testamento de Dominic, este se había ensuciado con el té de la esquina pero seguía entero, lo colocó en el suelo del escenario alfombrado ante los ojos de Harrison y de Samantha que se acercaron para leer su contenido. Me mantuve inamovible observando como el castaño también les mostró la libreta y el mensaje en la misma, probablemente la pelirroja la reconoció y pretendió no hacerlo o simplemente no lo hizo.