Capitulo 30

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Olivia Anderson

LUNES (PRIMERA SEMANA YA PASADA CON MOSKAL)

No quiero, ya no puedo seguir sintiéndome así.

Me siento como una persona viva pero que está muerta a la vez, me siento inservible, mí cuerpo no reacciona, imagino cosas, mí mente me engaña, lloro todas las malditas noches y así de simple te puede dejar un maldito medicamento creado por Faddei, hermano de Fillipp Moskal. Son unos hijos de puta los dos, me hicieron caer a un pozo oscuro y los malditos lo lograron.

No tengo mucha conciencia, pero si se que desde que inyectaron la primera no pararon de hacerlo desde ese maldito día, mí cuerpo de a poco me pide más de esa droga.  Mí mente no quiere hacerlo, no quiero que me inyecten nada más.

-Es el momento, reina - miro con los ojos cansados a Fillipp - hoy va ser una gran noche para los dos, mí reina

Me da asco ya este tipo.

-Déjame porfavor, mátame - le suplico

-No querida - niega - tengo más planes para nosotros

-¡Mátame!

-Callate - me señala enojado, me empuja sobre la cama para sacar la jeringa y clavarmela en brazo, escucho la puerta cerrarse, levanto la cabeza y me veo solo en la habitación del infierno.

Lloro.Lloro de tristeza.Lloro de enojo. Lloro de angustia.

Lloro de todo lo que me está pasando, no soy capaz de levantarme y escaparme, y pelear contra todos en este lugar. No puedo, me siento frágil, me siento una muñeca de porcelana que si la tocan o la tiran al piso se rompe al instante.

Abren la puerta y entra una señora cerrando la puerta detrás de ella, la miro mientras que estoy sentada en la cama abrazándome las piernas, como si me estuviera protegiendo de todo. Mis manos tiemblan haciendo que la droga haga su efecto rápidamente, la cabeza me pesa, veo cosas que no son. Dejo de pensar cuando la chica que había entrado me habla

-Señorita, la voy a bañar - se acerca a mí agarrándome de abajo de las axilas para levantarme, pero caigo al instante que me suelta.

-Mi cuerpo no me aguanta - susurro con lágrimas en mis ojos

-Yo la ayudo

Me levanta pasando sus manos por debajo de mis brazos para ir hacia el baño, me saca la ropa y me mete en la bañadera donde me empieza a limpiar el cuerpo y el cabello; con un poco de conciencia le pregunto:

-¿Donde estamos?¿En qué país estamos?

-En Estados Unidos señorita - asiento con un poco de fe en mí

No le digo nada solo lloro porque la fe no termina de llenarse a mí, hay posibilidades de que me encuentren pero alto... todos están muertos, no me pueden venir a buscar, no van a poder hacerlo.

Pienso en mis padres y mí hermana ¿Sabrán todo lo que pasó?¿Se estarán preocupando?¿O a ellos también lo mataron?

Ya me cansé de seguir pensando, no quiero que mí mente me terminé ganando, me niego hacerlo, ya no quiero.

-Listo - me ayuda a levantarme y me viste rápidamente, me lleva hacía la cama y me deja ahí.

-Señora - la llamo antes de que salga por la puerta - ¿A cuántas chicas más le hacen ésto?

-¿Que cosa señorita?

-De drogarlas

-A miles de chicas más - susurra con tristeza

Peligroso Deseo [Completa] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora