Peligroso Deseo [Completa] +18

Capitulo 9

Olivia Anderson

-¿Decís que sea él? - le pregunto agachándome en el auto y curiosa.

Estábamos en el coche que habíamos alquilado - va en realidad lo alquiló el, no yo - estábamos viendo al señor dentro del bar ese mismo tenía vidrios en toda la estancia, estábamos en un lugar no tan millonaria o transitada, solo eran calles con casas pobres y bares sencillos, pero medios decaídos.

El señor estaba tomando algo en su vaso mientras tenía dos chicas en sus piernas, veía desde acá como tocaba su culo o sus tetas.

-Pobres chicas - susurre para mí, Max me mira frunciendo su cejas - ¿Que? -le suelto sin vergüenza

-Nada. Te estaba por decir que si es él, vi las malditas fotos - dice entre dientes

-Ya - miró hacía el lugar - mirá, mirá - señalo hacía fuera del lugar - ¿Esos tipos son...?

-Ese papel necesitamos - dice acomodándose en el asiento e interrumpiendome, yo lo imitó acomodandome en el asiento, mí pobre columna se quedaba afuera de mí cuerpecito

-Ja, ¿Y como sabes que ese es el papel?- pregunto con la vista fija en el bar

-Porque es obvio Olivia

-Ya que decís que es obvio, ¿Que tendría que decir ese papel?

-Cosas de mí madre

Callo, no digo nada, no voy a tocar temas sensibles.

-Bueno, ya estamos avisados que lo cuidan dos tipos - hablo mientras el empieza a conducir - podríamos drogarlos o lo matamos al instante que nos vean

-Me tiro por la segunda

-Si, yo también -lo miró y sonríe - ¿Mañana entonces lo atrapamos?

-Si - contesta seco

Lo tengo que aguantar aunque no quiera, es una misión bastante importante para el cabecilla. Al llegar al hotel cada uno va por su lado, pero antes que yo entre me detengo y miró a Max quien me sonreía coquetamente ¿Que le pasa a este?. Lo miro extrañada y entro a la habitación cerrando la puerta detrás de mí.

Me cambio para irme a dormir, ya que mañana tenía que estar sumamente preparada para el objetivo, no quería cagarla así que con cansancio me acuesto para mañana despertar con buenas energías.

Una mañana

Bueno otra vez una mañana que me levanto para empezar la maldita misión, ¿asustada? no,por ahora. Me cambio, me maquillo y me pongo la maldita peluca rubia para la misión; empezábamos la misión temprano ya que después de esto teníamos que viajar y estar el miércoles alla o viajando.

Tocan la puerta y abro al instante, Max me escaneaba con una sonrisa de burla, me veía bastante fea así, bueno además del vestido que me remarcaba el cuerpo.