28

66 13 0
                                    

El resto de mis días en Londres fueron más de lo mismo, no es que me queje, al contrario fue más que divertido. Faltaba un día para regresar a mi vida de siempre y me di cuenta de dos cosas: la primera es que no quería que se acabara y la segunda, que a pesar de lo primero deseaba volver para ver a Calum y a mis demás amigos obviamente.

Henry para variar andaba de compras y me encontraba sola con Cami en el salón en completo silencio hasta que ella comenzó a hablar.

- ¿True? Sabes que los terapeutas tenemos obligación de reserva con nuestros clientes ¿cierto?

Asentí y sonreí un poco.

- Si hay algo de lo que quieras hablar, puedes ser mi paciente por un rato, reserva completa.

Claro que sí Camille, me muero de ganas por contarte como suelo usar mis medicamentos y por qué terminé en el hospital...

¿Lo peor? Creo que sí quiero, pero dudo que mantenga el secreto y no entre en pánico si se entera.

- Creo que me estoy enamorando de un imbécil - lancé finalmente, al menos no estoy mintiendo.

- ¿Crees?

- No estoy segura

- ¿De qué es un imbécil o de lo otro?

- De ambas.

Cami dio un profundo suspiro antes de hablar nuevamente.

- Si al final estás en lo correcto en ambas, siempre puedes venir a llorar en mi hombro y comer chocolates... O romper cosas, lo que prefieras e incluso si te sientes tonta, puedes contarme lo que sea y no voy a juzgarte ¿vale?

Le di un pequeño, pero realmente sincero abrazo y murmure un agradecimiento.

- ¿Eso es todo lo que te preocupa?

- Y que la geometría se me da fatal.

- Henry podría ayudarte en eso, tiene un don para las matemáticas.

Fruncí el ceño en silencio, si hay algo de lo que estoy completamente segura es que no quiero a mi hermano de tutor, hablando del rey de Roma, justo abrió la puerta trayendo el tipo de uva que precisamente Cami tenía ganas de comer, como siga así el resto del embarazo tendré a un experto en compras.

**

El viaje al aeropuerto transcurrió en absoluto silencio, Cami no nos acompañó porque la mezcla de mujeres embarazadas y tumultos de periodistas brutos no parece una buena mezcla.

Esta vez intentamos pasar desapercibidos, pero como siempre, fue en vano, desde la primera vez que salí en televisión siempre hemos procurado ser amables con la gente e intentar contestar cordialmente, pero hoy simplemente no estábamos de humor así que cruzamos en silencio, rodeados de seguridad y fingiendo que no existían.

Faltan minutos para que deba subir al avión y ahí estamos, mi hermano y yo parados sin decir ni una palabra hasta que de la nada decidió abrazarme.

- Mamá estaría orgullosa de ti.

Mierda, no, no lo estaría ¿por qué quiero llorar para variar?

- No tendría tiempo para pensar en mi sabiendo que será abuela.

- Siempre tendría tiempo para ti y yo también, así que si necesitas algo llama ¿okay?

- Okay - murmuré sin dejar de abrazarlo.

- Y cuídate, por favor.

- Lo haré.

- ¿Lo prometes?

- Lo prometo.

Y tras esa última mentira me subí al avión porque seamos sinceros ¿cuando he sido capaz de cuidarme a mi misma? Exacto, nunca.

Quizás sea la hora de intentarlo con más ganas.

The Wrong Way / Calum Hood (terminada - en corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora