Capítulo 35 Final: Sorgë

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- Una vez más señorita Müller,una vez más. - La muchacha de cabello azabache había entrado en labor de parto durante la madrugada. Sin alguien más para auxiliarla que el ama de llaves- le aseguro que esto acabará pronto - Inés alentaba a la joven madre quién se aferraba a las sábanas bajo su espalda,con cada contracción que daba.

Charlotte negó con la cabeza - duele... -gimoteó apretando la mandíbula - estoy cansada - sus piernas temblaban por el esfuerzo.

El dolor en la espalda se volvía cada vez más insoportable.- no resistiré más.- lloriqueo como una niña encaprichada.- Pudiste contactar a Till? - la mujer miró con pena a la muchacha. Con el pasar de los años, había aprendido a perfeccionar sus respuestas, de manera que no sonaran tan crueles para Charlotte. Había llegado a mentirle.  Pero viendo el estado en que se encontraba debía serle franca.

- No, señorita. - casi se derrumba en llanto al notar como la expresión de Charlotte se torna amarga. Aún así quiere darle una esperanza- de cualquier forma,le he comunicado la noticia a través del buzón de llamadas. Con suerte,lo verá y llegue para recibir al pequeño, juntos.- tal vez, Inés está siendo muy condescendiente al sugerir tal disparate.

Con esa última frase, a Charlotte le queda claro su postura frente a esta situación. Till la ha abandonado. Tiene que aceptar de una vez por todas que dará a luz a su hijo sola y aquél deseo, sólo se quedará en un hecho ilusorio.

Cerró los ojos y se concentró. Sus labios temblaban bajo una plegaria silenciosa hacia algún dios al cuál se aferraba en medio del dolor. Estrujó con firmeza las mantas de su cama. -Vamos señorita,un último esfuerzo- al cabo de unos segundos,por fin escucha ese agudo llanto y entonces, sabe que todo ha terminado.

Bajó la mirada a sus piernas entumecidas,  Inés sostenía al recién nacido cubriéndolo con la frazada.

- Es usted la madre de una preciosa niña- lágrimas de alivio brotaban de sus ojos sin poder contenerlas cuando la mujer colocó entre sus brazos a la pequeña. Una bebé muy rosada,con la cabeza cubierta por delgadas hebras de mechones rubios que formaban remolinos en su cabeza.

- Dios mío- Charlotte la sostuvo contra su pecho y la pequeña pareció calmarse. Aferrada a su pecho buscando calor y seguridad. Era tan indefensa.

-ya pensó en un nombre para ella? - pregunta Inés mientras recoge los utensilios que horas antes había usado.

- Nele.- responde de inmediato una Charlotte que observa embelesada a su primogénita- Su nombre será Nele. - además de ser corto y bonito, también se trata de la abreviatura de Helene.

Ese, fue el primer recuerdo que tuvo de su hija.

El último que tuvo en mente antes de  perder la conciencia poco a poco.

El último que tuvo en mente antes de  perder la conciencia poco a poco

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 𝐏𝐔𝐏𝐏𝐄   𝑻𝒊𝒍𝒍 𝑳𝒊𝒏𝒅𝒆𝒎𝒂𝒏𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora