nueve.

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La figura del tucán en la hoja en blanco iba cobrando forma con cada trazo de la mano hábil de Felix, los efectos de los colores no fueron necesarios para capturar la esencia del ave que el omega quería

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La figura del tucán en la hoja en blanco iba cobrando forma con cada trazo de la mano hábil de Felix, los efectos de los colores no fueron necesarios para capturar la esencia del ave que el omega quería.

Elit, Kenia y Edith lo dejaron en su tranquilidad de la que hacía mucho no había podido disfrutar, después de todo, ellas solo lo acompañaban cuando Felix pudiera necesitar algo. Solo lo acompañaron para mostrarle los jardines principales de la casa, el omega quería investigar por su parte pero se vería demasiado sospechoso empezar a husmear por los pasillos. La soledad era casi palpable en el ambiente, sino fuera por el alfa parado al lado suyo.

Con un suspiro aburrido, Felix deseo tener acuarelas y un lienzo para desahogar las emociones que le carcomían en los últimos días.

—¿Ocurre algo hürrem? —la voz de Seungmin fue un recordatorio del momento a solas que no tendría Felix ese día. El alfa lo seguía a todas partes y una parte del omega sabía que seguía órdenes y había la posibilidad de que tal vez Chan intuía que quería escapar.

—Nada, solo... realmente quería darle color a esta imagen. —se sinceró, había algo en Seungmin que irradiaba confianza. De todas las personas de la casa, sentía que era el más relajado.

—¿Quiere que ordénenos pinturas para usted, hürrem? —pregunta el alfa amable pero Felix pudo escuchar el tono divertido.

—Me gusta elegirlas por mi mismo, gracias —el castaño volvió a estudiar su pintura —. También agradecería que me dejarás de llamar hürrem.

Felix sabía que probablemente iba a ser rechazado una vez más acerca de la situación con su "apodo" que todos se esmeraban en decir últimamente. El sonido de una risa lo sorprendió y se giró a ver al hombre atrás suyo. La expresión relajada del alfa hacía que su rostro fuera aún más atractivo.

—Al parecer no le gusta mucho —declara Seungmin. Felix pudo ver que había evitado el sobrenombre y no pudo evitar el sentimiento de sorpresa.

—La verdad no —suspira el omega cerrando el cuaderno de dibujo que le había pedido a Elit, también le habían proporcionado tres lápices. Felix decidió no preguntarles por qué tenían todo eso a la mano—. Siento que es un nombre que equivale a mucha... expectativa.

Seungmin lo miro por un momento antes de desplazarse al asiento al lado de Felix.

—¿Puedo? —señaló, pidiendo permiso para sentarse junto al omega. Felix se sintió emocionado al pensar que había alguien no tan arraigado a las reglas de ahí.

El acento del alfa no era como el de Chan o todos ahí, tenía un aire más americano. Felix asintió, vio cómo el hombre se desparramada de una manera despreocupada que casi le hace preguntarle si realmente trabajaba para el cara larga de su jefe.

—Ser un omega en la familia Hasmet puede hacer recordar a cualquiera que había un sultanato en el país. Las reglas de ese entonces son similares a las de esta familia y no puedo culparlo por sentirse incómodo. Es un mundo muy diferente al que vivía en Canadá —dice Seungmin mientras saca trozos de pan de una bolsa de la que Felix no se percató. Las aves pequeñas empezaron a acercarse a su alrededor. El omega volvió a tomar el cuaderno.

mafia roja › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora