treinta y dos.

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—Si tanto quieres retarme, esperare a que puedas soportar las consecuencias

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—Si tanto quieres retarme, esperare a que puedas soportar las consecuencias.

Felix respiró lentamente, la imposición de dominio gama en él estaba causando grandes estragos en su cuerpo, el cuerpo de un omega.

Ninguna persona, en toda la historia de la sociedad, podía rehuir de cualquier voluntad que un gama proclamara. Alfas menores, betas e incluso omegas gamas—con un gran control en sus celos y feromonas—no podían hacer frente a la amatividad desbordante de un alfa gama.

Había estado expuesto a la esencia de Chan antes, pero la imposición directa causaba que su marca palpitara como no lo había hecho desde que estaba recién hecha.

Su entrada se contrajo y mojó cuando Chan liberó su miembro sin ninguna vergüenza. Su rostro neutro y arisco hizo sonrojar a Felix por la falta de pudor que podía tener.

Chan arriba suyo sostiene su cabello suavemente, mientras otra ola de feromonas llega a Felix y activa con fuerza su celo.

La voz ronca del alfa y la tensión sexual alrededor hizo hilos en sus manos que lo movieron voluntariamente al pene de Chan.

Nunca había hecho eso, por nadie. Y en general era virgen antes de conocer a Chan, la introversión impuesta por el mismo en sus años de florecimiento estaban trayendo en cara la falta de experiencia que ahora tenía.

Abre su boca ligeramente y da un chupeton inseguro, debía verse realmente patético.

Alza la cabeza lentamente pero no ve cambios en la expresión del alfa, quien inclina ligeramente la cabeza y acerca sus dedos a los labios de Felix.

—Lámelos —ordena tranquilamente el gama. Felix los observa por un segundo y es incapaz de no hacer lo que Chan dice.

«Malditos instintos naturales», piensa el castaño.

Abre la boca y los mete en ella, para empezar a chuparlos al ritmo ligero que estaba marcando Chan en su cavidad.

La saliva empieza a llenar los largos dedos del alfa, quien observa el rostro rojo y excitado del omega. Ve hacia abajo y ve el propio miembro de Felix despierto—. Ni siquiera te he tocado y ya estás así ¿Te calienta tanto tener sólo mis dedos embistiendo tu boca?

Felix gime cuando un pie del alfa toca su ereccion, haciendo una pequeña presión que solo hace mojarlo más. Chan mantiene un intenso contacto visual, Felix no sabe si sentirse enojado o más caliente por lo compuesto que parece el otro hombre.

Chan detiene sus movimientos en sus dedos y los abre como una tijera.

—Mantén tu boca así e intenta hacer lo mismo que hiciste con mis dedos.

Felix se acerca más, el alfa no se mueve ni un poco, esperando a que el castaño sea el de la iniciativa en tomar su miembro. El omega toma con más seguridad la situación, alza su cabeza y su boca busca el pene de Chan, pasando su lengua desde abajo hasta la punta ya húmeda.

mafia roja › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora