cincuenta y siete.

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La velocidad y torpedad apresurada en sus pasos hacia que las zapatillas ya incómodas se apretaran dolorosamente en los pies de Felix

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La velocidad y torpedad apresurada en sus pasos hacia que las zapatillas ya incómodas se apretaran dolorosamente en los pies de Felix. Los pasillos de mosaicos y jade no se habían sentido tan largos desde hace mucho tiempo para él. Y a pesar del gran trayecto que había dado sentía que todavía faltaba mucho para llegar a la sala de reunión.
El eco del adhan parecía proyectarse y alzarse entre los rayos de luz que hacían anuncio del cuarto rezo del día en Turquía.

Era sumamente difícil concentrarse en la brumosidad del momento. Más aún cuando el olor acre del hombre a su lado le abrumaba por la intensidad de emociones que expresaba.

La expresión perdida de JeongIn le trajo un recuerdo amargo, al día cuando la noticia de su infertilidad se hizo tan presente como real. El vacío en los ojos del alfa parecía el regreso del sentimiento que aún se enterraba más allá de sus entrañas.

Viendo el desespero de JeongIn, se encontraba volviendo más en el "Te amo" susurrado en el pecho de Chan.
Los pasos de ambos se apresuraron cuando llegaron en la sala del consejo, los muhafiz se movieron rápidamente para abrir la gran puerta cuando observaron a Felix de lejos. El anuncio de su presencia fue callado con un gesto de su mano. La ostentosidad del momento ya era lo suficientemente intolerable.

La sangre fue lo primero de lo que se percató al entrar, el olor fue lo segundo.

Mirando el piso debajo de sus pies...la pristinidad del mármol ahora solo era un adjetivo inadecuado para el ahora casi negro camino que había pintado la sangre hasta llegar a la figura de Chan.

Si el olor cargado de JeongIn era pesado en el aire de hace unos momentos, las feromonas de Chan eran casi asfixiantes hasta el punto de ahogar cualquier olor alrededor.

Todos tenían la cabeza baja, temblorosos de captar la atención de la furia que se desbordaba en el hombre.
Felix observa la espalda de Chan expandirse con cada respiración pesada. La cabeza del hombre gira levemente para mirarlo, la solidez en su expresión le parece tan extraño como el acostumbramiento que tuvo de ella misma en sus primeros acercamientos. Pero apenas se detiene a pensar en eso cuando el recuerdo de su prisa aquí le pega de repente.
La atención del castaño a Chan pasa a segundo plano cuando ve la bola sangrante en el piso. La imagen horrorosa de una cabeza cortada se mostraba con facilidad frente a él. El nauseabundo olor hizo que tapara su nariz y boca en un acto pasmado.

Apenas fue capaz de tragar la bilis que recorría su garganta para ponerle más estudio a ella.

No había cabello dorado, ni ojos azules viéndolo en tonos opacos.

Sus ojos recorrieron la sala, captando la nueva presencia de SeungMin; con manchas de sangre adornando su ropa.

La tranquilidad que mostró ante la escena lo desequilibrio en todos los sentidos, pero decidió ignorarlo y seguir buscando al omega Cariporsi.

Después de segundos tensos logro hacerlo, en medio de todas las telas negras con la que se vestía el consejo. La expresión asustada seguía en su rostro a medida que su cuerpo temblaba.
                                    
JeongIn también lo vio, un suspiro de alivio rebosando en su corazón mientras observaba al omega verlo devuelta. Con los dientes apretados y las manos en puños, no tuvo más opción que apartar la mirada con un aire de frialdad.

mafia roja › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora