cuarenta y seis.

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—A tu "amir" le gustan las cosas de buena calidad, no creo que tu entres en ese rango

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—A tu "amir" le gustan las cosas de buena calidad, no creo que tu entres en ese rango.

Las voces bajas volvieron a resurgir después del tenso silencio surgido por la tensión del momento. El rostro angelical de la joven omega Cariporsi perdió cualquier rasgo bello cuando sus facciones delicadas se volvieron duras y horribles.

Incluso Bruno no pudo soportar la burla de sus labios y sofocó una risa que todos ya habían escuchado. A Andrea le enojo más ver la diversión en los rostros de sirvientes de La Roja, ser sumida a ese tipo de vergüenza la habia desestabilizado por completo y había dado en el núcleo de su egocentrismo.

Pero si había algo que no podía soportar por arriba de todo, eran los ojos indiferentes del omega castaño.

ChangBin captó rápidamente la furia de su hermana, por lo que se apresuró a sostener su vestido con más fuerza cuando la realización de que no se quedaría callada lo abrumó. Sin embargo, fue empujado hacia un lado de nuevo, y su desesperación aumentó a escalas gigantes cuando vio a Andrea dar pasos enojados hacia el Hürrem.

—¡Como puede un omega de tu clase decir eso!¡Ni siquiera están casados! —los ojos azules de la mujer se oscurecieron molestos, el olor de su furia estaba empezando a molestar a Felix. Cuando Andrea estaba a menos de cinco pasos de llegar hasta él, los cuerpos de sus banyalar y los guardaespaldas se tensaron, no sabiendo cómo actuar por la anticipación de un posible ataque directo.

Felix esperaba que lo hiciera, un insulto de ese rango sería justificable para echar a la omega de ahí. El primer día y un pavo real ya estaría fuera.

Lamentablemente no anticipó la intervención de los instintos de protección y entrenamiento de Jabir, por lo que fue suficiente el olor amenazante de la omega a con él para que el tigre se incorporará y gruñera fuertemente hacia la mujer. Los músculos tensos bajo su piel atigrada blanca le hacían ver más bestial que nunca.

Su garra se levantó, e hizo que Andréa retrocediera.

Un centímetro, o menos, y su cara estaría arruinada de por vida. Un trágico final para los de su género.

La espalda de Andrea apenas había tocado el piso cuando sus sirvientes y hermano reaccionaron para acercarse a ella.

—¡La mia faccia, mia faccia, controlla la mia faccia![¡Mi cara, mi cara, revisa mi cara!] —gritaba desesperada mientras todos guardaban su aliento en la habitación. Todo había sucedido tan rápido.

—Hürrem... —susurra Kenia nerviosa. Felix hace un gesto en negación.

—Jabir no la alcanzó —dice tranquilo, había visto todo de cerca. Chasquea los dedos hacia el tigre, un gesto para que se tranquilice y se acerque.

El enojo contenido en el felino aún era visible por la forma en que contraía sus bigotes. Felix revisa sus garras rápidamente para asegurarse que no hay sangre en ellos.

mafia roja › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora