21.ESPOSA.21

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⚠️Comentad y votad y traeré el próximo cap⚠️

Conway no paraba de hablar con Greco y Gustabo, aquella reunión, las cuales siempre se me hacían largas, parecía que en cualquier momento terminaría y perdería la oportunidad de contarle, tenía que hacerlo, sabía que me habían amenazado con contar todo aquello, pero lo veía como una necesidad, en este tiempo me parecía extraño, e incluso doloroso traicionar de aquella manera aquel hombre, que aún que fuera un capullo, era un capullo que nos había estado dando lugar donde dormir y una extraña amistad, la cual valoraba muy intensamente.

Viktor me había insistido que me quitara aquella idea de la cabeza, y le llegaba a comprender casi al completo, si él se había puesto así al verme, no quería imaginarme como podría ponerse Conway... aún que... no fue una tradición como tal, por que yo no dije absolutamente nada, por ende no había razones para exaltarse.

—...creo que ya os he visto demasiado por hoy... —empezó a decir con intenciones de dejarnos ir, rebusque en el bolsillo de mi cazadora, ya reuniendo todas las energías posibles para decirle.

—¡Espera! —exclamé, todos me miraron, bajo la mesa, la mano de quien estaba a mi lado se posó en mi muñeca evitando que sacara nada del bolsillo, mire al ruso de mala manera, esperando a que me soltara y me dejara cometer la decisión que tanto había recapacitado y procesado.

—¿Nos vas a decir que cojones quieres o te tengo que meter una hostia? —la impaciencia habitual en su voz, Conway siempre había sido un viejo difícil de tratar.

De un estirón quite la mano del ruso y saque la pequeña nota —, Conway una mujer me reunión en una cafetería hace unos... días —comencé a decir sacando la carta y dejándola sobre la mesa alisándolas.

—¿Y que quieres que te diga? —me preguntó levantándose con desinterés. Como si aquello no le importase en lo absoluto.

—Esa mujer es muy sospechosa, me reunió con esta... ¿Nota? A escondidas de todos, y con una persona que no era ella. —Conway camino hasta la mesa y alargó su brazo tomando la nota y leyéndola, todos estaban callados, mirando la escena, Greco parecía que estaba en alerta, esperando a que algo pasara.

—¿Fuiste con esa persona? ¿Quien era? —parecía más serio de lo habitual, arrugó la hoja y plantó las palmas de sus manos en la madera mirándome con rudeza. Me sentí intimidado, siendo honestos.

—Si, fui a dicha reunión —admití tenso, ante las miradas y ambiente tan jodidamente agobiante. Comenzaba arrepentirme de haber tenido ese ataque de valentía y fidelidad.

—¿Qué? —gritó con voz gruesa —, ¿A quien viste? ¿De que hablasteis?

—¡No hablamos de nada! —exclamé negando con ambas manos por acto reflejo todas las miradas de aquella sala estaban sobre mi —, vino preguntando por Gustabo y por mi —le aclaré mirando a mi hermano unos segundos, me escuchaba atento y con su ceño completamente fruncido, seguramente al enterarse de aquello en ese mismo instante.

—¿Quién coño era?

El nombre de la mujer estaba en mi cabeza como una maldición, no paraba de repetirse por esta casi volviéndome loco, sabía que no debía decirle dicho nombre, pero ya había tenido el ataque de fidelidad y lo tendría hasta el final.

—Conway —le llame dudando —, ¿Sabes quien es... una tal Julia?

Un silencio abismal me confirmo que aquella pregunta, o más concretamente aquel nombre, traería demasiados problemas los cuales seguramente me joderian.

—¿¡Imbecil me estás tomando el pelo!? —gritó como un animal enjaulado, por instinto me levanté de la silla, el ambiente podía cortarse con un cuchillo.

—¿¡De que hablas!? —exclamé completamente confundido, pero en alerta esperando que sucediera lo que fuera para defenderme —, ¡Así se llamaba eso es todo!

Agradecía tener la mesa en medio de ambos, por que si me tuviera más cerca habría recibido un par de golpes
los cuales lamentar.

—¡Especifícate! —me gritó de nuevo, estaba conteniéndose y aquello lo notaba.

—¿El qué Conway? —pregunté —, te estoy diciendo que se llamaba Julia... no sé... era pelirroja y... —intentaba recordar todo de ella, pero mi memoria fue interrumpida.

—¿Qué cojones haces viejo? —gritó ahora Gustabo levantándose, me fije dándome cuenta que de nuevo en aquel mes, estaba siendo apuntado con un arma, la diferencia es que ahora habían testigos intentando detener aquello.

—No me jodas, el segundo este mes que me apunta, ¿Me ven cara de muñeco de pruebas? —me queje, el aludido también se levantó conjunto a Greco.

—¡Termina con esta mala broma o te meto un puto tiro! —gritó Conway amenazante, y no había que negar un hecho irrefutable, Conway era un hombre que aún que fuera vacilado por la mayoría de los aquella sala, éramos conscientes de lo peligroso que podía ser. No había que olvidar algo, Jack Conway era el dueño de aquella mafia, y nosotros sus peones.

—¡Qué no estoy...!

Conway disparó al techo como amenaza, retrocedí un paso cauteloso, él no estaba jugando y yo no estaba bromeando.

Una figura alta camino hasta el lado del armado hombre, me miraba mientras comenzaba hablar —, Conway que no está bromeando —por primera vez en aquella reunión habló el ruso, como siempre en una tranquilidad abismal, sus manos en los bolsillos de su caro traje —, le seguí aquella reunión...

—¡Salid todos cagando hostias! —gritó casi llegando a la histeria, Viktor miró por unos segundos a su superior para después llevar la mirada a Greco, parecía ser un idioma que solo ellos entendían, pues Greco camino a Gustabo, el cual estaba en medio de todo pensando y esperando algo en concreto.

Greco tomó el brazo de Gustabo haciéndole caminar —¿Que cojones haces? —gritó Gustabo negándose a caminar siendo arrastrado por Greco, Viktor enganchó el otro brazo de mi hermano. Me iban a dejar allí, iban a dejar que aquel demente me matase —¡Apártate ruso de mierda! ¡Horacio! —gritó.

Vi como salían, y vi como esa puerta era cerrada por Conway, vi tantas cosas que me decían «Bueno, al menos viví una buena vida» aun que fuera una gran mentira.

Conway camino hasta mi sigilosamente ignorando los gritos de Gustabo amenazantes tras aquella puerta.

—Arrodíllate y las manos en la puta cabeza.

Le tenia frente a frente, mirándonos fijamente —, ¿Vas a matarme por decirte un hecho? ¿Por no ocultarte cosas?

—De putas rodillas —quitó el seguro del arma, y en su voz la amenaza se sentía.

—Si vas a disparar hazlo, no moriré de rodillas por algo que ni siquiera se por que moriré.

(...)

Avance:

22.RAZONA ESTUPIDO.22

Damned. VOLKACIO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora