24.AYUDAME.24

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⚠️Comentad y habrá otro hoy⚠️

Tan pronto como la reunión terminó, cada uno se marchó, en mi caso estaba completamente desvelado como para poder cerrar un ojo tranquilo, por lo que solo vagaba por los jardines del gran lugar, mis pies descalzos eran sutilmente pinchados por el césped uniformemente recortado, aunque a pesar de aquello, no tenía frío, mis hombros aún eran cubiertos por la chaqueta de aquel alto e irresistible hombre.

Los recuerdos comenzaron a venir uno a uno, cada vez se abalanzaron con más rapidez y agresividad hacia mi propia mente; El secuestro, la pelea, Claudio, la carta... tantos eventos sucedido, pero lo menos sorprendente es que de todo aquello, me daba miedo a morir lo sucedido con Gustabo, aquel bote completamente vacío, escondido, y la respuesta de Claudio, la cual no la creía del todo.

¿Estaba siendo paranoico? No, sin duda no lo estaba siendo, solo era precavido.

─¿Planea un plan de huida? ─preguntó una voz, confundido me gire sobre mi mismo, encontrando unas grandes escaleras, alce el rostro viendo ahí un balcón, grande y elegante que conectaba con dos escaleras, una a cada lado, estaba apoyado en la piedra fumando, el amaneciente sol que comenzaba a salir le daba en su pálido rostro ─, ¿Qué hace aquí? ─preguntó el ruso mirándome.

Fruncí mi ceño mirando a los lados una vez más ─Eso me pregunto yo, ¿Me estabas buscando? ─bromeé intentando calmar el miedo de mi cuerpo.

Dio una calada ─Sí ─afirmó soltando el humo entre las palabras en un suspiro, mi corazón se agito, aquel hombre me encantaba a rabiar.  ─Tiene mi chaqueta con el teléfono dentro ─baje la mirada unos segundos metiendo la mano en el bolsillo notando que efectivamente estaba su teléfono, le extendí el teléfono aunque evidentemente no podría tomarlo ─, ¿Puede subirlo? ─me pidió señalando con la cabez las escaleras de al lado.

Por inercia mis piernas ya se estaban moviendo, un escalón, dos, tres... los subía lentamente con la atenta mirada azulada, una vez subí al completo camine hasta el hombre, le extendí el teléfono, sin dejar de verle a los ojos ─Creía que me buscaba para verme, pero solo busca esto ─dije con falsa decepción.

Tomó mi muñeca atrayendome hacia donde estaba, dejándome entre el muro que hacía de barandilla y él, posó sus manos en mi cintura alzandome y dejándome sentado sobre aquel semi-muro ─Ha sido una mezcla de razones ─admitió ahora si tomando el teléfono y guardandolo en el pantalón de su caro traje. Estaba entre mis piernas, una mano estaba sobre mi muslo, ¿Estaba mal decir que estaba completamente hipnotizado? Por que era así cómo me sentía. Dio la última calada de su cigarrillo tirándolo hacia atrás, colocó su mano en mi barbilla alzando, mis labios estaban entreabiertos, se acercó hasta que nuestros labios rozaban, y fue ahí cuando soltó el humo sobre mis labios.

La primera pregunta que apareció en mi mente fue... ¿Estaba soñando?

─Le ví por mi ventana ─dijo en un murmuro sin alejarse de aquella cercanía tan evasiva, pero que a mi no me incomodaba en lo absoluto ─¿Qué le atormenta?

Como se podía notar, aquel hombre era tan observador ─, tantas cosas ─admití intentando sonreír, pero a pesar de que me sentía en el paraíso, la preocupación aún estaba sobre mi ─Y no se que hacer.

─¿Qué sucede? —preguntó alejándose un poco, pero aún manteniendo sus manos en mis piernas.

—¿Acaso vas ayudarme? —pregunte de manera no literal, no quería malgastar palabras y arruinar aquel ambiente que a mi parecer era demasiado bueno como para desaprovecharlo.

—Efectivamente, ¿Si no para que le preguntaría?—extrañamente me sentí acogido, Viktor, que ya estaba a una distancia prudente, pero aún cerca, me miraba seguro de sus palabras, no me estaba vendiendo humo, él quería ayudarme.

—Mi hermano... mi hermano tiene un problema bastante serio... —mire por encima del hombro del hombre, observando un punto fijo de la pared —, él tiene una doble personalidad que realmente da... bastante miedo —admití, uno de mis pocos miedo era nada más y más menos que mi propio hermano —, estoy sospechando que no se está tomando las pastillas y Claudio, creo que solo me miente en cuanto a estas —note como me, por lo que de nuevo, me dispuse a verle —, no sé en qué puedes ayudarme —reconocí —, por que tampoco sé qué hacer para descubrirlo. Directamente todo, todo es una...

Un pequeño golpe recibí en la frente, pestañeé varias veces confundido mirándole con mi ceño fruncido.

—Por mas que haga una montaña de pensamientos negativos y suposiciones no arreglará nada en lo absoluto —me reprendió —Antes de la reunión hablaremos con el doct...

—Claudio me dijo...

—Estaba allí Horacio —me recordó con obviedad —, era mentirá, te estaba mintiendo en la cara, seguramente fue amenazado por Gustabo —sus palabras no eran delicadas, pero era la verdad en su estado puro, lo que no quería reconocer, él me lo dijo claro —. Hablaremos con el Dr.Muerte, pero a mi manera, ¿Aceptas?

Estaba seguro de que aquello no sería de una forma amable y delicada, pero si aquello era verdad, y ambos me mentían, tenía que rápidamente solucionarlo, Pogo era tan destructivo que temo que sería de nosotros.

—Aceptó, ayúdame.

(...)

Mucho tiempo sin vernos. He vuelto.

Adelanto:

—¡Horacio! —gritó alguien, me quede completamente quieto, solté lentamente el cuello de la camisa del doctor, gritando mi rostro a la derecha, viendo allí a Gustabo —Puedes dejar de hacer eso, no soy un puto crio, ¿¡Puedes confiar un poco en mi!?

—¡Me niego a confiar en ti!

Damned. VOLKACIO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora