-CAPITULO 14-

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CARLA

Entramos en casa de Samuel besándonos, el logra cerrar las puertas torpemente mientras quitamos la ropa mojada. En cuanto cruce la pie en el salón sentí más tranquilidad, afuera estaba lloviendo, llegaba tormenta, pero aquí adentro todo encaja bien.

Caminamos hacia la misma habitación donde habíamos hecho el amor el pasado verano... todo estaba en orden, como si hubiera pasado unos días y no unos meses de mierda.

Después de una sesión de besos intensos nos encontrábamos uno frente a otro en ropa interior, no existía nada más... no vi nada más que a el, fue suficiente y necesario.

Me acerco a el con mucha desesperación, besando sus labios, su mejilla, su cuello, su oreja... joder.

Llevo sonando con este momento por meses, cuando volví a verlo pensé que lo había perdido para siempre.

Samuel me atrae por la nuca, besando mis labios y los únicos sonidos que eran presentes era la lluvia y nuestras respiraciones profundas.

Me sentí muy mojada por abajo, mientras la erección de Samuel fue notable.

Estaba a punto de empujarlo sobre la cama, pero es como si el estaba leyendo mi mente, me empuja y se inclina hacia mí besando con más locura.

Quite mi sostén y el me mira en los ojos, luego pasando con mirada por todo mi cuerpo, pasa con lengua sobre la boca y sonríe de manera más perversa.

Me pone mucho, mucho más que hace momentos.

Empieza acariciar mis piernas, subiendo hacia arriba, quitando mis bragas, estaba completamente desnuda y dispuesta a todo.

Pone la mano sobre mi mejilla y empieza besarme en labios, no sabía lo que iba a ser su siguiente paso, nunca lo sé...

Me dejé llevar por el, quería sorprenderme aun más...

El besaba mi cuello, mis pechos, mi cuerpo y en cuanto sentí sus labios sobre mi punto cálido me volví loca de placer, gimiendo con mucha fuerza, respirando fuertemente, mi pecho subía y bajaba sin control.

-Joder - gime

Me aferré a las sabanas, pero no ayudaba mucho... sentir demasiado placer era muy sano, supongo.

-Mierda... - susurre sin control

Estaba demasiado cerca de vivir el placer completo, pero veo a Samuel dejar de hacer lo que estaba haciendo.

¿Acaso pretende torturarme?

-No seas tan ansiosa, que se te nota mucho - susurra

-Me estás torturando a propósito.

El se ríe, pongo mano sobre su bóxer tocándole, con un dedo me aferro a su bóxer y le acerco hacia mi besándolo.

-Hazlo - susurro en su oído

Samuel quita su bóxer y toma un condón que estaba en el cajón al lado de la cama.

Lo pone sobre su miembro duro y se coloca sobre mí, empieza entrar en mí lentamente mientras no paramos de mirarnos en los ojos.

Entraba una y otra vez con más fuerza, besando mi cuello, suspirando en mi oído lo que me pone aún más.

Mis manos viajan sobre su espalda dejándole las marcas, cuando me encontré muy cerca de vivir el orgasmo muerdo su brazo izquierdo en vez de saltar un gemido tan fuerte que podría oírme todo el puto Madrid.

Quedamos acostados en esa cama con nuestros pechos aun subiendo y bajando de todo el placer que acabamos de vivir.

Con el todo era así: pasión, amor, deseo, placer...

Ambos nos miramos y sonreímos, pongo la mano sobre su pecho y quedamos dormidos por un rato.

Desperté cuando apenas eran seis de la madrugada, me llego un mensaje de parte de mi padre.

Joder.

¿Por qué siempre tiene que arruinarlo todo?

Fije mirada hacia Samuel, quien estaba muy dormido, decidí leer el mensaje sabiendo que voy a enojarme con el de nuevo.

TEO: Necesito que vengas a la casa lo antes posible, se trata de tu futuro, es muy importante.

¿Mi futuro?

¿Vas a seguir con lo mismo?

¿Hasta cuando?

Me levanté de cama tomando mi ropa interior, camino hacia la ventana y sigue lloviendo.

Unos minutos después noté a Samuel levantándose, se encuentra detrás de mí, tomando mi mano.

-¿Ya estás despierta?

-No puedo dormir...

-¿Es por mí?

Sonreí, es tierno, pero a veces tan apasionado y seductor.

-Necesito volver a mi casa.

-Aun está lloviendo, espera hasta que pase la tormenta.

-La tormenta nunca va a detenerse, me sigue... me sigue todo el rato - susurro derrotada

-¿Te arrepientes de lo que paso anoche?

-Jamás voy a arrepentirme, me conoces, sabes que no soy así.

Seguía dándole la espalda, no quería ver su expresión, me duele cada vez que le hago daño sin querer.

-Quédate un rato más - susurra en mi oído

No pude resistirme, pasamos el resto de dia metidos en su cama, no habiamos vuelto a hacer el amor, pero hemos dormido juntos, abrazados.

Me fui a mi casa con poco interés en hablar con mis padres, los llevaba ignorando todo el día y cuando volví era la noche. No paraba de sonreír, las cosas entre Samuel y yo estaban mejor cada día, estaba dispuesta a estar con el para siempre.

-¡Carla!

Oí voz de mi mamá antes de poder ir a mi habitación, di vuelta y enfrente a los dos. Mi papá tenía copa de whiskey en su mano juzgándome con mirada, mientras mi mamá estaba más incrédula.

-Por fin te dignas a llegar a la casa - susurra mi padre

-Lamentablemente, no tengo otra casa, tampoco voy a usar su dinero para pagarlo porque entonces voy a deberles demasiado, mucho más de lo que ya les debo por ser un ser humano normal - dije molesta

-Recapacita de una buena vez - decía mi madre

-¿Recapacitar? - se ríe mi papá - Ella nunca va a recapacitar, Beatriz... si hasta no le importo pasar toda la noche en casa de ese pobre infeliz.

Apreté mis manos, explotaba de furia por dentro.

-Dime que eso no es cierto - dice mi mamá

Quede callada.

-¿Carla?

-Soy mayor de edad y sí, pase noche con Samuel - dije llena de orgullo, sonriéndome

Lo que no espere es que mi mamá me responde en forma de una cachetada, me dolía mi mejilla y no podía creer de lo que acaba de hacer.

-¡Beatriz!

Mi papá se sorprende también, se levanta sorprendido por la reacción de mi mamá.

-Sacate esa idea de tu cabeza, tu futuro está con Marcos... ese chico está enamorado de ti y no voy a dejar que arruines nuestros planes para tu futuro.

-¿Qué me estás diciendo?

-Te quiere y quiere proponerte casarte con el, es la mejor idea que he oído y estoy de acuerdo.

-Los dos estamos de acuerdo - añadió mi papá

Mis miradas viajan de mi mamá hacia papa y al revés, estaban locos.

-No me miras así, Carla... ya te dije lo que pienso sobre Marcos - comenta mi padre

-Tú ya no tienes poder sobre mí - le dijo

-¿Segura? ¿Y qué vas a hacer? ¿Piensas hablar sobre lo que paso con Marina, con reloj, con Christian? - cuestiona riéndose - No hay pruebas, cariño.

-Hazle caso, hija... tu relación con ese becado no tiene ningún futuro, el chico repitió el curso, es pobre y te está controlando. ¿En serio quieres seguir defendiendo una historia amor tan trágica como la tuya con el? - susurra llena de frialdad

¿Trágica?

-Yo contigo, no quiero hablar, no después de esta cachetada.

-Quieras o no, vas a tener que aceptar esta propuesta, no tienes otra salida.


Elite 5: VuelveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora