Elite 5: Vuelve

-CAPITULO 24-

CARLA

Odiaba despertar junto a Marcos, entre nosotros no había nada, ni un solo contacto físico, ni un solo beso, nada. Quiero que así sigue, no lo quiero y nunca lo voy a querer, pero tengo miedo de decírselo a la cara.

Me levanté de mi cama, de repente sentí como él me toma por el brazo bruscamente.

-¿A dónde vas?

Di vuelta mirándolo aun acostado sobre la cama con mirada fijada hacia mí.

-Voy a correr por una hora, necesito hacer ejercicios.

-¿Sola?

-Si, sola.

Me suelta el brazo, no me gusta que me controla, mucho menos que este tan frío y dudoso.

El Marcos que yo conocí era diferente, este me daba miedo.

Cambie la ropa para ejercicio y en cuanto desayune ya estaba preparada para irme.

-Espera...

Veo a Marcos caminar hacia mí, me daba un beso en labios, pero logré dar vuelta así que ese beso termino en mi mejilla.

-Nos vemos más tarde, amor.

Salí de esa casa y no quería volver nunca más, por ahora estábamos viviendo con mis padres, que terror.

El chofer me llevaba a un lugar donde me gustaba correr, es silencioso, no hay mucha gente.

Después de una media hora noté mi móvil timbrando, vi algunos mensajes por parte de Samuel.

SAMUEL: ESTÁS DESPIERTA?

SAMUEL: NECESITO VERTE.

SAMUEL: TE EXTRAÑO.

SAMUEL: Sé QUE TU TAMBIÉN ME EXTRAÑAS A Mí.

SAMUEL: DIME DONDE ESTÁS Y VOY A LLEGAR.

Sonreí al leer esos mensajes, nunca deja de sorprenderme.

Le dije donde estaba, pero aún creo que es riesgoso.

Me encontraba al lado del coche, chofer estaba de mi lado cuando Samuel apareció.

-Hola...

-Hola, que gusto verte - dije

La situación estaba un poco cómoda.

-Salvador, por favor déjanos a solas, es un viejo amigo y vamos a charlar un poco.

-Pero, su padre me dio claras órdenes...

-Por favor, haz lo que te dije.

Samuel sonríe al ver como chofer tenía que hacerle caso a Carla.

-Pensé que vas de broma cuando decías que estabas haciendo ejercicios - decía

-¿No crees que deberías hacer algo para seguir con ese cuerpo de bomba?

Él me mira de pies a cabeza, muerde el labio.

-No dudaba de ti ni un solo momento, pero si estoy dudando de mi mismo, que no voy a poder controlarme.

Sonreí, pero no podía dejar llevarme por el deseo que le tengo.

-No estamos solos, dijiste que querías verme y aquí estoy.

-Te extraño.

Se acerca a mí, pero yo no dejo de mirar por todos lados.

-Aquí no, te lo ruego...

-¿De qué tienes miedo?

-Alguien podría vernos.

-¿Ese perrito faldero de tu papá?

-Si, por ejemplo.

Samuel me besa en labios, pero lo empujé.

-No, aquí no.

-Aquí no hay nadie.

En eso tenía razón.

-Joder, Carla... que estoy harto de tener que escondernos todo el rato, está bien que vas a casarte, pero no puedo seguir pensando en que quiero besarte delante de todo el mundo.

-No me hagas esto, ya tuvimos esta conversación.

-Si, la tuvimos...

Estaba molesto conmigo y eso me duele mucho.

Pongo ambas manos sobre sus mejillas, mirándolo en los ojos.

-Todo lo hago por ti, tienes que creerme.

-Te creo, aunque no me dices muchas cosas, yo te creo, pero lo único que quiero es estar contigo.

Me besa en labios posesivamente, nos miramos en los ojos antes de seguir... y dentro de unos minutos nos encontrábamos en el coche besándonos con mucha locura, desnudándonos.

Samuel besa mi cuello y eso me hace soltar un suspiro fuerte.

-El chofer podría regresar en cada minuto... - dije

-Entonces, no deberíamos perder el tiempo.

Seguíamos con los besos, no había control... no puedo creer que estábamos haciendo lo mismo que ya una vez hicimos en este mismo coche en frente del colegio.