Capítulo 12. Dheigw.

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Estar en cama da mucho para pensar. Y dejando de lado lo tormentosa que puede ser mi mente, algo totalmente justificable dadas las circunstancias, hay algo a lo que no puedo parar de dar vueltas.

Algo, o alguien vaya. Alguien que se encarga de preguntarme si estoy bien, alguien que se queda a mi lado durante todo el día y alguien que me acompaña a casa cuando me dan el alta.

No entiendo a Xiao Zhan en lo absoluto.

No entiendo nada, ya puestos.

¿En qué momento nuestra supuesta amistad se ha convertido en, bueno, esto? Un apoyo real.

Y lo peor es que no me puedo imaginar a otra persona en su lugar.

"Descansa," me dice cuando ya me he metido en la cama.

Aún es temprano, tan solo me estiro porque ha estado insistiendo durante todo el trayecto a casa.

"¿No puedo descansar en el sofá?"

"Da igual dónde, solo descansa," dice mientras se adentra en la cocina. Con toda la confianza del mundo, abre la nevera y empieza a sacar ingredientes.

No me molesta, lo doméstica que es la situación. En realidad, me siento como si estuviera andando sobre nubes. Como una experiencia irreal. Y me agita de forma repentina, como un torbellino.

No sé si las acrobacias que ha estado haciendo mi corazón las últimas horas son por la miocarditis o por la XiaoZhanitis. En todo caso, allí está, sin que yo pueda hacer nada al respecto.

Por otro lado, en medio de tanta confusión, también siento ansiedad. Porque como siga así, no tendré ni un rato para mí mismo, para asimilar lo que supone realmente todo esto. Cómo voy a abandonar mi yo de hasta ahora y replantear mi futuro.

Aún no he podido hacer el duelo como toca. Y que Xiao Zhan esté constantemente por mí es algo que agradezco, sí, pero me está agobiando demasiado mantener esta máscara. Me esta agobiando demasiado fingir ser fuerte.

Por eso no entiendo nada. Mi mente no es capaz de hacerse a la idea, ¿cómo hemos pasado de vacilarnos a hacer cosas el uno por el otro? ¡Y de forma tan rápida!

¿Puedo confiar de verdad?

"Xiao Zhan, ¿no tienes cosas por hacer?"

"¿A que te refieres?" Pregunta des del otro lado de la estancia. Sigue cortando verduras de forma hábil y ni siquiera me mira.

"No sé, es que..." la migraña es casi inminente, y sujeto mi cabeza entre mis manos como acto reflejo. Oigo el cuchillo chocar contra la encimera y los pasos apresurados de él. En pocos segundos, su mano acaricia mi hombro.

El contacto quema.

"¿Estás bien?" Pregunta, preocupado. Su voz está muy cerca, abro los ojos y nuestros rostros están a pocos centímetros de distancia.

"Xiao Zhan, ¿qué haces aquí?" Mi pregunta parece desesperada. Pero si al menos consigo una respuesta a algo, después de la incertidumbre de los últimos dos días, a lo mejor yo... A lo mejor yo...

"No sé que quieres decir," contesta mientras frunce el ceño.

"¿Por qué..." siento cómo soy atraído hacia un campo magnético diferente al mío, cómo me arrastra hacia él. Lucho contra esa fuerza mientras mantengo mi compostura. "¿Por qué estas haciendo todo esto?" Consigo formular al final.

Xiao Zhan relaja su rostro.

"Estoy ayudando a un amigo," dice con una sonrisa tímida.

Quiero suplicarle que me tome el pelo, que se ría de mí, cualquier cosa, que sea como antes porque esto está complicando las cosas. Pero él no está siendo así. Está siendo extremadamente empático con mi situación. Me está ayudando de verdad, y yo sigo cayendo más y más fondo en este abismo.

Perdiendo los estribosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora