Adoptada por el popular

7. Concursos, amigas y música

Maratón 1/3

Kayla's POV

Por desgracia la noche no fue mejor que la mañana, las pesadillas siempre aparecían y cada vez con más intensidad y frecuencia. Y yo simplemente salía de la habitación e iba al balcón a admirar las estrellas, deseando estar allí arriba y olvidarme de todo. Algunas veces me detenía a admirarlas y pensar que ahora allí arriba se encuentran mis padres, observándome, pero eso solo empeora mi estado de ánimo. Esta vez no me quedé dormida allí fuera, así que nadie me tuvo que regresar a mi cuarto.

La mañana pasó exactamente igual que las anteriores, levantarme, vestirme, tapar moratones y bajar a desayunar, todo de forma monótona y aburrida. Hoy, además, cogí un pañuelo para taparme las marcas del cuello y evitar así posibles disputas e interrogatorios sobre el tema en cuestión. Una vez acabé de desayunar salí dispuesta a hacer el camino andando, no quería otra disputa con Katherine por ello.

-¿Vas a volver a caminar?-me preguntó Brad al verme salir tan temprano, como de costumbre Sarah y Ryan ya habían salido. Me daba la sensación de que Brad era así por la poca presencia que tenia de sus padres

-Supongo-me encogí de hombros en actitud indiferente

-¿Te molestó algo de lo que hice ayer?-wow esto era nuevo, Brad de verdad parecía preocupado, pero seguramente sería para que no dijese nada a sus padres, aunque de todas formas no les contaría nada, no soy una chivata

-No,-negué con la cabeza- no es nada de eso. Simplemente me gusta caminar

Por su cara deduje que no me creía del todo pero eso a mí me daba igual, solo quería tener una día normal por primera vez en años, creo que no era mucho pedir. Pero en mi caso era prácticamente imposible que eso llegase a existir. Una vez en la entrada del instituto me reuní con Sharon, con ella cerca Katherine, Tina y Tiana se mantenían lejos, además de que podía pasar un buen rato con mi mejor amiga de la infancia.

-¿Y qué tal te van las cosas con don popularidad?-preguntó una vez estuve a su lado

-Bien, supongo.-suspiré- No lo sé, unas veces parece preocuparse y otras querer hundirme más en mi desgracia

-Es un cabrón-espetó con los dientes apretados mirando al frente

-Tampoco tiene la culpa

Se paró en seco mirándome con los ojos como platos y la boca tan abierta que juraría que cavia un barco.

-No me lo puedo creer. ¡Lo estás defendiendo!-se llevó las manos a la cabeza-Pero porque narices defiendes a la persona que te hace daño. ¿Acaso tienes el síndrome de Estocolmo?

-No-contesté riendo

-No puede ser-ahora sus manos tapaban su boca en un signo de incredulidad- ¡Te gusta!

Ahora me tocó a mí abrir la boca de forma desmesurada y agitar los brazos como una loca a punto de ahogarse.

-¡¿Qué?! ¡No! No, por dios

-Pues entonces explícamelo porque no le veo lógica alguna

-Creo que es así porque sus padres no están nunca en casa, son muy amables y cariñosos pero solo están en el desayuno y la cena. Dudo que le hayan dado todo el cariño y atención que un niño deba merecer

Mi amiga poco a poco fue reaccionando y relajando su postura hasta volver a su estado normal.

-Oh,-expresó una vez procesadas mis palabras- eso explicaría muchas cosas

-Sí-el timbre de inicio de clases nos sacó de nuestra extraña charla devolviéndonos al mundo real- Nos vemos a la hora de la comida-dije a forma de despedida a lo que ella respondió con una sonrisa y un breve "hasta luego"