11. Padres y peleas

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Kayla's POV


Después de estar en ese árbol me entretuve dando una vuelta por los alrededores, sin tener un rumbo fijo, simplemente dándole libertad a mis pies para que me guiasen por el camino. Al fin y al cabo no tengo el control sobre mi vida y creo que jamás lo tendré. Pero de todas formas estaba bien, había aprendido a resignarme, a abandonar cualquier ápice de esperanza o sueño, a sentirme muerta en vida siendo dirigida por otras personas. Simplemente me dejaba llevar por la vida, pues esta había perdido todo el sentido para mí. Era como una hoja siendo arrastrada por el viento, no pudiendo impedirlo. Durante el paseo millones de ideas se agolpaban en mi cabeza, junto con pequeños sueños y esperanzas comenzaron a renacer de las cenizas que era mi alma, pero me dispuse a arrancarlas como malas hierbas. ¿Al fin y al cabo de que servía tener todo eso si te lo van a arrebatar? Mejor prevenir ese dolor tú mismo.

El cielo se tiñó de negro, como si echasen el telón de la función, dando por terminado el día e iluminando el mundo con el brillo blanquecino de la luna. Las farolas se encendieron haciendo visible la acera y carretera. Decidí volver a casa pues ya debería ser muy tarde y no quería someterme a un interrogatorio, al menos no ahora.

En la cena estuvimos todos juntos, hablando animadamente y riendo de pequeñas anécdotas sobre el trabajo de Sarah y Ryan. Pero como últimamente mis sonrisas y risas eran falsas, lo hacía únicamente por no ser maleducada y por no obligar a nadie a sobrellevar mi pesar. Una vez terminada la cena me ofrecí a lavar los platos, una vez terminé me recosté en el fregadero y observé el salón. En él se veía a Sarah y Ryan bailando animadamente al ritmo de una canción de su época, entre risas i giros. Y me perdí, me perdí en su alegría, en sus rostros sonrientes, en su aspecto rejuvenecido, en sus ojos brillantes de amor...

-¿Qué miras tan detenidamente?-un suave aliento cálido rozó mi oreja erizando mis pelos de la nuca y asustándome al mismo tiempo

Miré hacia mi derecha encontrándome con un Brad cerca mío mirándome fijamente. Llevé una mano a mi corazón sintiendo los acelerados latidos de este bajo mis dedos y mi respiración pesada e irregular.

-Me has asustado-dije en un susurro

Se encogió de hombros de forma indiferente.

-De todas formas, ¿qué mirabas tan detenidamente?

-Eso-dije señalando a sus padres con un ligero movimiento de cabeza

-Son patéticos ¿verdad?-comentó cruzando sus brazos bajó su pecho y mirado hacia el salón

-¿No?-protesté ofendida-¿Cómo puedes decir eso? Están absteniéndose del mundo, recordando viejos tiempos. Volviendo a aquellos alocados años de jóvenes alocados y enamorados.-sonreí con nostalgia- Recuerdo ver a mis padres hacer eso y preguntarme que pasarían por sus cabezas en esos instantes. Una vez me dijeron que era mágico, que simplemente dejaban los problemas a un lado y estaban solos el uno junto al otro.

-A mí me sigue pareciendo una tontería-se encogió de hombros y yo negué con la cabeza, jamás lo entendería

-Creo que la música tiene la capacidad de transmitir emociones y evadir problemas. ¿Tu madre jamás te cantó una nana para dormir?-pregunté mirando en su dirección

En ningún momento se giró, pero noté como su cuerpo entero se tensó, marcando aún más sus músculos bajo la tela de la camiseta. Cómo su vena del cuello crecía y cómo su mandíbula se apretaba.

-No. Yo no tuve unos padres perfectos como los tuyos-contestó con voz ácida

-Los míos no eran perfectos, pero me amaban incondicionalmente.

Adoptada por el popularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora