Maratón 2/3
Kayla's POV
Los días siguientes pasaron de forma similar. Evitando a Brad, Katherine, Tina y Tiana juntándome con Sharon y evitando pasar tiempo en casa. Durante esos días estaba más sonriente, más participativa, más viva, sentía que mi vida volvía a encaminarse lentamente en su respectivo lugar. Por desgracia el viernes está se puso mala debido a nuestros experimentos culinarios del día anterior. Resulta que no es muy buena idea intentar hacer un batido de chocolate, fresas y menta, pero nosotras lo intentamos. Por eso mismo hoy tendría que enfrentarme sola a esa tortura a la que comúnmente se le llama instituto sola.
Las mañanas seguían siendo igual de aburridas, solo con el leve cambio de que Brad ya no me molestaba ofreciéndose a llevarla, lo cual agradecí enormemente. Los exámenes se acercaban por lo que debía estar lo más atenta posible en todas las clases para no perder detalle alguno. Al acabar estas me quedé un rato más en la biblioteca para recopilar información para un trabajo que debía entregar a la semana siguiente. Al terminar no había nadie por los pasillos ni en el resto del instituto, al menos eso supuse pues ya era bastante tarde. Caminaba por el aparcamiento en dirección a la salida cuando escuché unos pasos tras de mí. Asustada por quién podía ser apreté los libros que tenía en mis manos y lentamente fui acelerando el paso para llegar a las concurridas calles. Por desgracia los pasos también iban acelerando a medida que los míos lo hacían. En un momento de desesperación extremo, y con temor a voltear y ver a quienes se enfrentaba, arranqué a correr hacia las verjas de metal que separaban el edificio del instituto del resto de la ciudad. Pero antes de poder alcanzarla sentí sus pies despegarse del suelo provocando que mi cara impactase contra el suelo y produciendo un gran dolor en esta.
Por desgracia eso solo era el comienzo. Acto seguido de acabar en el suelo con un chillido lastimero sentí un gran peso sobre su espalda oprimiéndome contra la acera. Luego me giraron dejándome ver a una furiosa Katherine que parecía lanzar puñales por los ojos. Intenté zafarme de su agarre, pero solo conseguí que lo apretase más, seguramente mis brazos tendrían unos bonitos moratones mañana. La miré con el temor pintado en mi rostro, pues sabía que ella era capaz de cualquier cosa, por eso nadie nunca se metía con ella, por temor a las represalias.
-¿Qué quieres?-me atrevía a decir con voz temblorosa debido al miedo
-A BRAD NIÑATA ESTÚPIDA-chilló a pocos centímetros de mi rostro lo cual provocó que mis tímpanos retumbasen y me marease
Entonces se levantó y comenzó a propinarme patadas en el estómago y espalda. Todo esto sin dejar de insultarme.
-Puta-patada en el estómago
-Estúpida-puñetazo en la cara
Por mucho que le suplicase que parase ella seguía golpeándome, las lágrimas ya rodaban libremente por mis mejillas ante la impotencia de no poder hacer nada. Intenté defenderme varias veces, pero apenas legué a rozarla y lo único que provocaba era que me golpease con mayor intensidad. Así consecutivamente hasta tal punto que me sentí desfallecer, pero ella continuó hasta cansarse y agacharse junto a mí. Me cogió de cuello apretando y elevando mi car y mi laxo cuerpo hasta quedar frente a ella.
-Aléjate de Brad mosquita muerta o juró por dios que sufrirás lo inimaginable-una vez pronunció su amenaza me soltó, dejando caer mi cuerpo contra el duro suelo y se fue como si nada hubiese pasado
Esta vez necesité mucho más tiempo para recomponerme pues con cada movimiento que hacia sentía un dolor atroz y desgarrador recorrerme todo el cuerpo. Aún no sé cómo logré llegar a casa sin desfallecer en el intento, pues mi cuerpo se volvía cada vez más pesado con cada paso y la realidad se tornaba más oscura y difusa. Abrí la puerta con lentitud deseando que nadie se encontrase en la casa. Esperé en la entrada por algún ruido que me indicase que estaba en compañía, pero nada, estaba sola. Subí las escaleras, agarrada firmemente a la barandilla para evitar precipitarme escalones abajo. Una vez en mi cuarto dejé caer mi mochila y mis libros al suelo y me dirigí al baño.
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Adoptada por el popular
RomanceTodos tenemos pesadillas, son nuestros peores temores hechos realidad, nuestra debilidad sacada a la luz, nuestra vida destruida en pocos segundos. Todos tenemos pesadillas que nos parecen aterradoras, pero al despertarnos desaparecen. Ojalá mi vida...