Kayla's POV
Me recorrí varias calles prácticamente iguales a dónde vivían los Cooper y luego atravesé un gran parque donde los columpios y toboganes, al igual que los bancos, se hallaban desiertos, sin ningún niño jugando en ellos y llenando de risas el aire. Ni siquiera me encontré más gente corriendo por esta zona como era costumbre por dónde yo solía vivir antes, seria cause de sus trabajos me dije a mí misma.
Llegué a casa pasadas las siete y media, había corrido casi una hora y media con tan solo una barrita en el estómago, por lo cual mis tripas rugían por ingerir algún alimento. Estiré frente a la pared principal y luego me dispuse a entrar mientras paraba la música y retiraba los auriculares de mis oídos. Sarah y Ryan se encontraban en la salita recogiendo sus abrigos y al verme se giraron y me dedicaron una sonrisa que con mucho gustó les devolví.
-Kayla, cariño iremos a visitar a unos amigos y tardaremos en llegar, pero luego iremos todos a comer a un restaurante. ¿Podrías despertar a Brad a eso de las once? Hoy nos gustaría pasar el día juntos-dijo Sarah con una amable sonrisa
-Pero yo...
-No te preocupes no muerde, además de que para esa hora ya debería de haberse levantado-intervino Ryan. ¿Cómo podría decirles que no a ellos dos?
-Está bien, yo me encargo no e preocupen
-Gracias Kayla, nos vemos luego-se despidieron antes de salir de allí
Genial, tenía tiempo de sobra, así que comencé prepararme un sándwich, me lo comí mientras miraba ensimismada el paisaje a través de los ventanales. Después puse a cargar mi móvil y me dispuse a darme una relajante duche para eliminar todo el sudor de mi cuerpo. Salí con tan solo una toalla envolviendo mi cuerpo y otra sujetando mi pelo, luego me adentré en mi vestidor y me quedé mirando mi ropa. Dijeron que nos llevarían a un restaurante pero no estaba segura de sí sería lujoso o no por lo que no sabía que ponerme. Al final decidí ponerme una camiseta que dejaba al descubierto mis hombros negra con topos blancos, una falda alta blanca con vuelo y mis converse negras, ni tan sofisticada ni tan vulgar. Dejé mi pelo suelto y me maquillé ligeramente, me puse rímel, delineé mis párpados y apliqué un gloss transparente a mis labios. Por último me puse mi colonia favorita y lista. Tan solo eran las ocho y media así que bajé al comedor y encendí el televisor y me acomodé en el espacioso sofá. Encendí el televisor y pasé los canales al azar buscando algo interesante, me detuve en cuanto vi la película de cazadores de sombras y me dispuse a verla.
Cuando terminó me levante del sofá estirándome y suspirando por un Jace en mi vida. Miré el reloj, ya eran casi las once. Suspiré pesadamente, tendría que enfrentarme a Brad, y de seguro que no tenía muy buen humor por las mañanas. Me dirigí con paso lento hasta su puerta y toqué suavemente esperando respuesta, pero ninguna llegó. Lentamente abrí la puerta hasta quedar completamente abierta. La habitación se encontraba completamente a oscuras a excepción de unos pocos rayos de sol que se filtraban por la ventana y bañaban el espacio con una tenue claridad. Cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad pude ver una cama en una esquina y encima un bulto. Avancé con cautela hasta llegar al borde de la cama y me senté. Delicadamente moví a Brad que dormía profundamente enroscado en las sabanas, nada sucedió.
-Brad, despierta-dije mientras repetía la acción anterior pero más fuerte
Murmuró algo inentendible antes de darse la vuelta y seguir durmiendo.
-BRAD-chillé
Él se despertó de golpe asustado y asustándome a mí, provocando que me levantase de golpe. Por un momento pareció desorientado hasta que me vio y bufó recostándose de nuevo y llevándose las manos a la cabeza.
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Adoptada por el popular
RomanceTodos tenemos pesadillas, son nuestros peores temores hechos realidad, nuestra debilidad sacada a la luz, nuestra vida destruida en pocos segundos. Todos tenemos pesadillas que nos parecen aterradoras, pero al despertarnos desaparecen. Ojalá mi vida...