Adoptada por el popular

26. Confía en mí

Kayla's POV

Una suave presión sobre mis labios me arranca de mis sueños atrayéndome de vuelta la realidad.

-Despierta bella durmiente-dice una voz en la lejanía

Murmuro palabras sin sentido mientras me escondo en mi lugar, apretando los ojos y frunciendo mi nariz, negándome a abandonar esa sensación de calor y protección. Vuelvo a sentir su tacto sobre mis labios, solo que esta vez profundiza un poco más, logrando que mi mente conectase con este mundo. Siento como unos brazos me rodean y me atraen hasta un torso duro y que emana un confortable calor.

-Vamos debes despertar o deberé seguir dándote besos.-hubo un corto silencio como si estuviese pensando en algo- ¿Sabes qué? Mejor no despiertes nunca-su voz ronca sonó cerca de mis labios provocándome una sonrisa.

Abrí lentamente los ojos hasta encontrarme con un recién levantado Brad, su cabello estaba despeinado dándole un aspecto desenfadado y sexy. Sus ojos grises me veían con un brillo especial y tenía una sonrisa torcida asomando en sus labios.

-Pero es sábado-me quejo amortiguando mi voz en su pecho.

Escuchó la risa de Brad, pura y sincera

-Y yo quiero disfrutar de mi día contigo-dice viéndome con ternura

-¿Por qué me miras así?-pregunté intrigada sacando mi cara de mi escondite

-Porque eres adorable cuando duermes y cuando despiertas.

-No es verdad-siento el calor subir a mis mejillas

-Si lo es-dice apenas rozando mis labios

Su cercanía me bloquea y me corta la respiración, anula mis pensamientos y solo puedo pensar en probar sus labios. Acabo con los escasos centímetros que separan nuestros rostros fundiéndonos en un profundo beso. Su lengua juega con la mía y siento una de sus manos acariciar lentamente mi costado, trazando círculos sobre la tela de mi pijama provocando que mis vellos se erizasen, que mi piel ardiese y que respirar costase más de lo habitual. Nuestros labios se unían de una manera posesiva, intentando tomar todo del otro, continuamos así hasta que respirar comenzó a costar trabajo y nos separamos sedientos de oxígeno. Yo abrí lentamente los ojos que había cerrado para disfrutar del beso, encontrándome con Brad sobre mí viéndome con la mirada oscurecida.

-Será mejor que bajemos o no pararemos nunca-su voz sonaba ronca al pronunciar aquellas palabras

Asentí incapaz de pronunciar palabra alguna. Él se levantó de la cama liberando mi cuerpo de su cierre y permitiendo mi movilidad. Me dirigí al vestidor y me puse unos pantalones negros rasgados y debajo unas medias de encaje para que se viesen a través de las aperturas. Rebusqué entre las prendas hasta encontrar una camiseta blanca un poco ancha que metería parcialmente dentro de mi pantalón y por ultimo me calcé mis zapatillas negras. Dejé mi pelo sin peinar, dejando que las ondas luciesen naturales.

Cuando me bajé encontré a Brad sirviendo un suculento desayuno en la isla, vestido con su habitual camiseta blanca y tejanos negros que le daban ese aire de chico malo y misterioso.

-Vamos bella-sonrió desde la cocina

Un sonrojó se instaló en mis mejillas por su mote hacia mí. ¿Qué me estás haciendo Brad Cooper? Con la cabeza gancha me dirigí hacia la isla y tomé asiento, mirando frente a mí unas tortitas con chocolate, nata y frutos rojos. Mi boca se hizo agua en cuanto el dulce aroma penetró mis fosas nasales. No me podía creer que él hubiese hecho eso por mí, es decir, hasta hace unas horas parecía odiarme y ahora se comportaba tan dulce y tierno que era difícil de creer.