Kayla's POV
Desperté al sentir aire caliente golpeando mi rostro. Abrí, perezosamente, los ojos hasta encontrarme con el rostro de Brad a escasos centímetros del mío. Estaba rodeada por sus brazos que se sentían firmes en mi cintura y me mantenían presa cerca de su cuerpo. Tenía los ojos cerrados, y los labios entreabiertos, su respiración era suave y tranquila mientras su cara reflejaba la tranquilidad que solo podemos apreciar cuando alguien duerme. Me detuve a observar sus labios, sus gruesos labios que ayer se posaron sobre los míos, se sintió tan bien. Con sumo cuidado levanté la mano hasta situarla en su mejilla, con mis dedos tracé un recorrido por su rostro, hasta acariciar levemente sus labios. Mi manó bajo en dirección su cuello y torso mas me detuve a mitad de camino, iba a retirar la mano cuando una voz me detuvo.
-No pares, se siente bien-la ronca voz de Brad era sexy pero en ese momento solo sentía las ganas de desaparecer.
Avergonzada por haber sido pillada intenté alejarme de él, sin embargo Brad apretó el agarre en mi cintura y me acercó todavía más a él. Sin abrir los ojos movió su cabeza hasta el hueco de mi cuello y suspiró, provocando que un escalofrío me recorriese de pies a cabeza. Su nariz acarició la curva de mi cuello mientras sus labios permanecían ligeramente pegados a mi piel, rozándola levemente y haciendo que todos los vellos de mi cuerpo se crispasen. Fue subiendo hasta que nuestras narices quedaron pegadas y nuestros labios eran separados por tan solo unos milímetros. Su aliento se mezclaba con el mío en la más dulce composición y mis ojos no podían dejar de mirar ese par de bombones que poseía por labios. Sin embargo recordé como intentó huir ayer tras besarme y sentí como algo dentro de mí se comprimió, no quería ser usada para que luego me rompiesen el corazón. Desvié la mirada y me alejé de él haciendo que me soltase. En sus ojos se podía ver el desconcierto sin embargo no quería que jugase conmigo como una muñeca de trapo.
-¿Qué hora es?-pregunté para romper la tensión que se había formado
-Las diez y media-dijo mirando su móvil
-¿Por qué no me has despertado? He perdido un día de clase-le reproché
Bufó sonoramente mientras se frotaba la cara.
-No estás en condiciones de ir-agaché la cabeza sabiendo que tenía razón- Además le he pedido a James que te traiga todos los apuntes
-Gracias-asintió levemente
-¿Cómo están tus heridas?-lentamente se acercó a mi mientras mi corazón palpitaba cada vez con más fuerza
-Mejor, la crema ha ayudado mucho
-Igualmente vuelve a ponértela, así sanará mejor
Nuestras miradas se conectaron cuando Brad me cogió la barbilla y me levantó la cabeza, en sus ojos había escrita una disculpa silenciosa y una petición de permiso. Asentí levemente y me senté dándole la espalda y levanté mi camiseta a la altura de mis hombros. Sentí sus manos esparciendo la crema por cada magulladura de mi espalda con extrema lentitud y suavidad. Justo cuando pensé que ya habría acabado sentí sus dedos deslizarse por mis costados hasta mi abdomen provocando que mi respiración se alterase y mis vellos se volviesen a crispar. Allí por donde sus cálidas manos pasaban mi piel ardía, la crema seguía impregnando nuestras pieles y curando mis hematomas mientras mi cabeza se encontraba en otra parte. Un aliento cálido golpeó mi oreja y un ligero gemido salió de mis labios sin que pudiese evitarlo.
Con el último ápice de autocontrol que me quedaba saqué sus manos de mi estómago y me incorporé sintiendo como la sangre se movía loca por mi cuerpo. Evitando su mirada acomodé mi ropa y me calcé para bajar a desayunar. Ya en la cocina saqué todo lo necesario para preparar un sustentoso desayuno mientras sentía la presencia de Brad tras de mí. Decidí olvidar lo ocurrido anteriormente y hacer como si nada hubiese pasado.
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Adoptada por el popular
Любовные романыTodos tenemos pesadillas, son nuestros peores temores hechos realidad, nuestra debilidad sacada a la luz, nuestra vida destruida en pocos segundos. Todos tenemos pesadillas que nos parecen aterradoras, pero al despertarnos desaparecen. Ojalá mi vida...