Jame's POV
Estaba muy preocupado por Kayla, debía poner fin a esa tortura a la que estaba sometida. Me asusté al ver que a la mañana siguiente no apareció por el instituto, le escribí un mensaje de texto a Brad preguntándole si había sucedido algo, por suerte no fue así y solo me dijo que era mejor esperar a que se recuperase.
En cuanto el timbre sonó indicando el final de clases recogí a toda prisa y me dirigí a casa de mi mejor amigo. Abrí la puerta con una llave que sus padres me dieron para que fuese cuando quisiese, me pasaba tanto tiempo allí que ya era parte de la familia. La casa se encontraba sumida en un profundo silencio, lo único que se escuchaba en la sala era mi respiración y el parqué bajo mis pies. Después de asegurarme de que no estaban en ningún rincón de la planta de abajo decidí investigar la planta de arriba. Con sigilo me asome a la habitación de Kayla, que también se encontraba vacía. Extrañado me dirigí hacia la habitación de Brad, por norma general el no dejaba que nadie entrase en su habitación al igual que en su vida privada, digamos que su pasado le ha dejado cicatrices y manías. Abrí lentamente la puerta, asomé lentamente la cabeza y no me pude creer lo que vi. Brad estaba recostado en la cama admirando a la persona que tenia entre sus brazos. Kayla permanecía inerte sobre el pecho de Brad, sumida en un profundo sueño sin percatarse de la mirada de pura dulzura que tenia la persona que la mantenía entre sus brazos. Reí leve a la vez que negaba, mi amigo estaba más ciego de lo que pensé, esa chica había conseguido traspasar todas las capas hasta su corazón sin que él se diese cuenta.
-Si le sacas una foto durará más.
Brad se sobresaltó, pero al ver que era yo frunció el ceño y me lanzó cuchillos con sus ojos. Soy un arruina momentos lo admito. Se movió delicadamente de al lado de Kayla y la dejó recostada sobre el colchón con suma delicadeza. Me empujó fuera de su habitación para luego cerrar la puerta sin emitir sonido alguno.
-¿Qué coño haces?-gruño furioso
-Traerle los apuntes a Kayla como me pediste-sonreí de lado
-¿Y tenías que aparecer justo ahora?
-Sí, pero veo que he interrumpido algo.
Los ojos de Brad estaban oscuros por la furia y creo que de no conocernos desde hace tanto tiempo y ser su amigo habría acabado estampando su puño en mi rostro. Yo, sin embargo, solo podía intentar retener las inmensas ganas de reír que tenía. Brad se apretó el puente de la nariz y suspiro pesadamente, realmente parecía contenerse.
-Mira mejor vayamos abajo, no quiero que Kayla se despierte
-Ahá
Me era imposible el hecho de que esto no me resultase gracioso. Nos dirigimos hacia el salón y me acomodé en un sofá. Brad tomó asiento en uno de los sillones y me miró fijamente.
-¿Qué?-pregunté intentando sonar serio
-¿Era realmente necesario ese comentario de antes?-dijo refiriéndose a cuando lo descubrí con Kayla
-Brad, tu no viste lo que vi yo, así que te diré que sí, era necesario
-No sé a qué te refieres-desvió la mirada hasta sus manos evitando mis ojos
-Sabes perfectamente a lo que me refiero. Ella te gusta, y no intentes negarlo, si pudiese ver como la mirabas, lo que transmitían tus ojos al posarlos sobre ella, si tan solo pudieses haberte visto desde el cuerpo de otra persona te habrías dado cuenta.
-Ya sabes lo que opino al respecto-dijo con voz neutra
-Dios, sí lo sé, sin embargo nunca jamás dejaste que nadie se metiese tanto en tu vida como lo ha hecho Kayla. ¿O me equivoco?
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Adoptada por el popular
RomanceTodos tenemos pesadillas, son nuestros peores temores hechos realidad, nuestra debilidad sacada a la luz, nuestra vida destruida en pocos segundos. Todos tenemos pesadillas que nos parecen aterradoras, pero al despertarnos desaparecen. Ojalá mi vida...