Nada es igual.

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--Rebbeca P.O.V.--

Volví al instituto. Si, hacía mucho que no iba, desde que pasó lo de John y nos fuimos a Dakota del Norte. Nadie me dirigía la palabra, como era de esperarse, pero ni Louise, ni John estaban allí.

Me la pasé muy tranquila en la clase, incluso participé de algunas cosas. Hasta que llegó el receso. Compré mi almuerzo y me senté en la mesa en la que siempre me siento.

- miren a quién tenemos aquí hoy, después de haber desaparecido por casi dos semanas.

Hice una larga pausa, y luego le respondí con todo el desinterés del mundo. - Sabana... Y sus amiguitas...

- Dónde esta Louise?

- por qué debería saberlo? - y seguí comiendo mi almuerzo.

- No me ignores, Lola, sé que estuvieron juntos todo este tiempo y que sabes dónde está.

- y qué si se?

- lo sabía... Eres una regalada! No sabes que Louise es mi novio?! Cómo te atreves a irte con él, a engatusarlo! Qué clase de mentiras le dijiste y Qué clase de cosas le hiciste para que se fuera contigo?!

- ninguna. Él vino a mí solo. Al parecer no eras tan buena novia. -conteste, burlándome de ella y desafiándola.

- si, claro, es decir, me quieres hacer creer que él cambió a esta chica, alta, hermosa, demasiado buen cuerpo, y que lo complacía en todo; desde sus deseos personales, hasta sus deseos animales, por alguien tan aburrido y pasado de tiempo como tú? No me hagas reír.

- deseos animales?

- si, si no eres tan idiota como para no entenderlo, te lo explicaré.

- ... Sabana, Louise nunca fué tu novio. Lamento decirte que solo te usó para pasar el momento, si cumpliste TODOS sus deseos animales. Te usaron, como a un pañuelo en tiempo de alergias. Pero no sabes cuanto lamento por ti que hayas perdido tu dignidad y aún así te creas la gran cosa. - Sabana puso una cara terrible. Estaba roja de la ira y sus ojos abiertos como platos.

- ahora verás, regalada!! - rugió, antes de lanzarse sobre mi. Todo el mundo estaba a nuestro al rededor, ella me arañaba y halaba mi pelo y yo le hacia lo mismo, agregando que como estaba abajo llevaba ventaja, y podía patearla y rasgar su ropa. Nos separaron dos brazos fuertes y grandes.

- ya basta, gatas!! - gritó el grandulón que me estaba sujetando, mientras Sabana y yo no dejábamos de patear e intentar acercarnos. Pude reconocer su voz de inmediato. Luis, el amigo de John. El otro, creo que se llamaba Remy, sujetaba a Sabana.

- por Dios santo, si es Lola! - exclamó Remy sorprendido. En ese momento, el encargado disciplinario apareció para llevarnos a los cuatro a la oficina del principal. Estábamos sentados los tres. Sabana había entrado primero.

- no esperábamos verte por aquí tan pronto. - yo no contesté nada, estaba nerviosa. Qué me harían por lo de John?

- es una grata sorpresa tenerte por aquí. - dijo Luis, después. Lo miré sorprendida, habia escuchado bien? Dijo "grata"? eso me había confundido.

- de qué hablas? - dije al fin.

- no estamos enojados contigo por lo de John. Estuvimos pensando y... Queríamos agradecértelo.

- no le digas esto a nadie, pero le dijimos a John que no ligara dos tipos de droga. Se lo gritamos, peleamos con él, pero cuando perdimos, dijo que era momento de reclamar lo suyo. No lo entendimos hasta que escuchamos por la noticia lo que pasó contigo y el hijo mayor de los Carlier DuPont, es decir, Louise.

Si el cielo fuera carmesí. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora