Un héroe para Rebbeca.

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--Louise P.O.V--

Estaba diciéndole a María que Rebbeca ya no aguantaba el sueño cuando se desvaneció en mis brazos. María chilló de preocupación, pero luego se calmó cuando le dije que solo se había dormido. Nos subimos al auto, acosté a Rebbeca en mis piernas y nos pusimos en marcha. Fué entonces cuando descubrí que estábamos caminando en sentido contrario a la casa... Dios, mi sentido de orientación era realmente nulo. Saqué mi teléfono y sonreí como idiota cuando vi mi fondo de pantalla; una foto de Rebbeca, sonriendo, como solo su mamá y yo la hemos visto. Realmente la quería. Tenía mi celular lleno de fotos de ella tomadas en momentos fugases.

Tenia tantas muecas de ella fotografiadas... excepto el puchero, esa no lo pude fotografiar. Busqué la cámara y fotografié su rostro satisfecho por estar dormido. Pasé todo el camino acariciando lo más dulce posible su cabeza y tensandome cada vez que se movía para acomodarse. Cuando llegamos a la casa, subi con ella y la acosté en su cama. Estaba a punto de irme, cuando empezó a susurrar cosas confusas.

- Louise... n... no te vayas... quédate... duerme... no sola... - si, era confuso, pero entendí que quería que durmiera con ella. Me acosté a un lado de la cama, y la abracé, tan fuerte como para volvernos uno, con todo el amor y pasión que podría sentir en ese momento. Enterré mi cara entre su cuello y su nuca... podía aspirar su aroma, era dulce... sus cabellos rozaban suavemente mi cara... entonces me quedé dormido.

Cuando ya era de mañana y abrí mis ojos, Rebbeca estaba de frente a mi, mirandome fijamente.

- Anoche no te pedí que durmieras conmigo... ¿te metiste a mi cama por cuenta propia? Contesta...

- No... de hecho si me lo pediste. Sujetaste mi polo y dijiste "no te vayas, duerme aqui." - tal vez exageré con lo del polo, pero si me estaba rogando.

- ¿De veras hice eso? - asentí con la cabeza. Entonces ella se quedó pensado y despues se acurrucó casi bajo mi cuello. - Louise... me gusta como hueles...

- Si esto no es una insinuación, no sé qué sea esto ni como será una insinuación.

- Puede que sea una insinuación... pero no lo hago con ese propósito... --Rebbeca ha cambiado. Obviamente no es la misma Rebbeca de hace 5 meses. Es sincera, atrevida, y reíe. Esta Rebbeca me gusta más. - ¿hoy tambien tienes hambre?

- No tanta como ayer. Pero si.

- Hoy no saldré a ningun lado. Me pasaré el dia contigo, ya que solo nos quedan dos dias... - no era mi intención mencionarlo. Solo me acababa de recordar y se me salió. Bajamos a la cocina y ahí nos encontramos con María haciendo una corona de flores y con Daniel leyendo el periódico.

- ¡Buenos dias! - nos sonrió radiante María. - ¿Descansaron bien?

- algo asi... - después de desayunar nos sentamos en los muebles de la sala.

- Maria...b- la llamó Rebbeca.

- ¿si? - respondió levantando la vista. Se detuvo de tejer la corona.

- yo... - pareció dudar un poco en lo que iba a decir, la mire y ella me miró a mi. Pero inmediatamente apartó la mirada, volviéndola a María. - he decidido que quiero conocer al héroe.

Todos nos quedamos en silencio, mirándola muy sorprendidos. En ese momento me sentí traicionado, sentí cómo subía mi sangre hasta la cabeza, dando señal de enojo. Ya habíamos hablado de esto. Habíamos quedado en que no iba a conocerlo... ¿o no?

- ah, ¡esas son muy buenas noticias! --dijo, con un excesivo tono de emoción en su voz. yo no podía creerlo. Tenia que salir de allí o empezaria a gritarle.

Si el cielo fuera carmesí. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora