¿Por qué "carmesí"?

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- Mamá, ¿estás en casa? - grité cuando llegué.

- ¡Bienvenida Rebbeca! - me recibió con una sonrisa. - ¿Dónde estabas? No sabía que ibas a-... - se quedó observando a Louise un momento. De repente se puso sumamente nerviosa. - Lo... lo siento... Lo...Lola...

- No se preocupe señora, si se le hace más fácil llamarla Rebbeca, puede llamarla asi.

- Ya lo sabe todo, realmente te escuchó ayer... me siguió hasta aquí en contra de mi voluntad...

- ¿Quieres quedarte a cenar?

- ¡Mamá!

- No, señora, Rebbeca-... -empezó Louise, pero mamá lo interrumpió.

- Por favor, insisto... - me dió una mirada de cachorrito para convencerme de pedirselo.

Y lo logró.

Suspiré demostrando mi mala gana - Louise... ¿quieres quedarte? - dije en un tono de obvio compromiso.

- Bueno... está bien. - y entró.

- Hoy preparé una cena deliciosa.

- ¿Qué cenaremos? - pregunté, entrando.

- Hice canelones rellenos de espinaca y queso con salsa blanca.

- ¡¿Qué?! - ¡mamá nunca cocina nada de esto!

- Quería que cenaramos algo rico... y gracias a Dios que lo hice. - dijo refiriéndose a que Louise iba a cenar también. Y nos pusimos a cenar.

- Louise, ¿nos hablarías de tu familia, si no es molestia?

- Bueno, como podrá notar en mi nombre y apellido, mi familia es de Francia. Y es una familia muy conservadora de tradiciones familiares y eso, por eso aún mis perros tienen nombres franceses. Somos 4, tengo un hermano más pequeño.

¿Soy yo o el nunca ha mencionado su apellido?

- ¿Qué edad tiene?

- Tiene 8, se llama Charlie.

- Ah... y, ¿Qué te gusta hacer? - mamá se cruzó de piernas.

- Me gusta la pintura. - Mire a mamá y ella me devolvió la mirada. Entonces le hice una mueca para que no dijera nada, pero fue en vano.

- ¿De veras? A Rebbeca también le gusta la pintura.

- ¿En serio? ¿Cuál es tu pintor favorito y tu pintura favorita?

- La noche estrellada... de Van Gohg...- arrastré las palabras por el desagrado que sentía por esta conversación al mismo tiempo que fulminaba a mi mamá con la mirada.

- No me digas... - él parecía entusiasmado. - el mio también... ¿Qué hay de la musica clásica?

- Tiene su IPod lleno de esas canciones. Dile cuál es tu favorito. - ella parecía estar divirtiéndose haciéndome sufrir y haciéndose la que no nota mis miradas asesinas.

Suspiré cansada para responder. - No tengo un favorito... pero prefiero a Bach y a Chopin.

- Esos... tambien son algunos mis favoritos... sin Bach.

- No lo puedo creer, alguien tiene los mismos gustos anticuados que tu. - ella seguía con esa sonrisita descarada. Siempre se "quejaba" de tener una anciana como hija.

- Esto es raro... ya ves el dicho de la abuela: si quieres conocer a alguien, come con el. - volvió a hablar mi mamá.

- Señora, la cena estuvo deliciosa. Gracias. - solo entonces me fijé en que habíamos terminado de cenar.

- Espera, ¿no quieres... quedarte a tomar té?

- ¿Ustedes toman té? - parecía sorprendido.

- Es una tradición. ¿Te quedas?

Nos sentamos a tomar el té. Nunca le perdonaré a mamá haberlo dejado participar de nuestra tradición. Ella le hizo muchas preguntas a Louise y el las contestó y preguntó igual. Ahora sabe que somos de colombia, genial, un chico viene a cenar y mamá le cuenta hasta los secretos familiares. Tal vez estaba desesperada. Al fin llegó el momento de que el se fuera.

- Anna, Rebbeca, fue un placer cenar con ustedes.

- Vuelve cuando quieras, Louise. - se fue, y mamá y yo entramos. Eran las 10:40 pm, seguro sus padres le regañarían.

- Estoy orgullosa de ti.

- ¿Qué hice?

- Tienes un amigo. Y es hombre.

- No es mi amigo. Lo amenacé de muerte si divulgaba mi secreto y me siguió a casa como un chihuahua sin hogar.

- Y sabe que eres colombiana, que te llamas Rebbeca, que eres androfóbica y antisocial porque tu padre era un idiota pero antes no solías ser asi, y que tu sonrisa es hermosa.

- ¿Cómo sabe eso?

- En la sala hay un portaretrato con una foto tuya muy bonita, por si no lo sabías, elogió bastante tu sonrisa y le tomó una foto. ¿En qué pensabas? Estabas junto a mi cuando lo dijo.

- ¡¿Que hizo qué?! ¿Por qué lo dejaste?

- Dijo que había conocido a muchas chicas pero ninguna tenía una sonrisa como la tuya. Me pidió decentemente permiso para sacarle una foto. ¿Por qué no dejarlo?

- Ay, no...

- Ya vete a dormir, estarás asueñada mañana en el colegio. - me fui a dormir pensando en la siguiente amenaza para la foto. Me quedé dormida. Desperté con los gritos de mamá.

- ¡REBBECA, DESPIERTA! ¡SON LAS 7:45!

Acostumbro a levantarme a las 7:00 am para prepararme. El colegio empieza a las 8:00 AM. Llegué 5 minutos después de sonada la campana, pero me colé y nadie me vio. Entonces llegó la hora de receso.

- ¡Hola Lola!

- Piérdete.

- Acabo de tener un dèjá vú. - se sentó, como siempre hace. - Anna es una gran cocinera. Eran unos canelones especiales.

- Te odio...

- Se está convirtiendo en costumbre. Es casi como un te quiero para mi.

- Tch... - llegó la noche y entonces volvió a sonar el timbre. Qué extraño, otra vez...

Si el cielo fuera carmesí. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora