¿De qué color es el cielo azul?

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Rebbeca P.O.V.

- ¿Qué quieres decir con "aristogatos"? - César aún seguía sin entender.

- De hecho, no están conmigo, solo me están molestando.- opiné, ignorando a Cesar.

- Oigan, no molesten a nuestra Lolita. - John miró a los chicos.

Me hirvió la sangre de solo escuchar eso. - no soy suya, ¡ustedes también me están molestando! - grité enfadada. Realmente me enojaban ese trio de deserebrados.

- En serio, no estamos buscando problemas, por favor... - Louise bajó el tono de voz, intentando, supongo, que la discusión no se torne violenta.

- Realmente odio que nos llamemos igual. Eres la vergüenza de los Luis. -dijo uno de los acompañantes de John. El comentario fue completamente random, pero tal vez llevaba un tiempo molesto por todas las comparaciones que solían hacer entre ellos dos.

Louise lo miró con severidad, sin embargo se notaba calmado. Suspiró un poco frustrado para luego responderle.

- En primer lugar: no se escriben igual. En segundo lugar: tu nombre se pronuncia LuÍs y el mío se pronuncia LÚis. Además, el mio es de origen francés y el tuyo es del mio lo que el español americano es del castellano, un simple dialecto.

Luis enrojeció de ira y lo tomó por el cuello del polo. - ¡¿Qué insinúas, rata aristócrata?! - le ladró con rabia.

- ¿Así que realmente conoces esa palabra? Pero, al menos sabes que significa, ¿no? - preguntó, con toda la calma del mundo.

- ¡Te voy a golper tan fuerte que vas a arrepentirte de haber venido a esta escuela! - Luis se ahogaba en su propia rabia, se notaba en sus ojos.

- wow... oye, si vas a ladrar, al menos no salpiques. - dijo Louise burlándose, mientras pasaba su mano por su cara, como si se limpiara algo.

No sabía qué hacer, siempre estaba en las peleas, pero nunca había presenciado una, y menos una que, como quien dice, se habia iniciado por mi. No iba a interponerme, de hecho, sería interesante ver como le rompen la cara al niño bonito.

Entonces empezaron los gritos de las chicas que se dieron cuenta de la situación. Cómo las odio. Me gustaría que cuando acaben con él, acaben luego con todas sus seguidoras.

- ¡¿Qué crees que haces, John?! ¡Suéltalo! ¡Suéltalo ya! - una de las porristas le gritó asustada.

- Si no quieres que te rompa tu cara de plástico y te deje inconsciente en este instante, cierra la boca. - le dije con mi expresión más fría. Se quedó en shock, mirándome, totalmente frizada. Amo ver esas caras de pánico cuando me miran, realmente me gusta.

- ¿Y bien? ¿Ibas a golpearme? ¿O solo eres espuma y nada de chocolate? - pareció impacientarse.

- ¡Tu te lo buscaste! - gritó.

Luis soltó una de las manos que usaba para sujetar al muchacho y la cerró en un puño. Realmente se ponía bueno. La impulsó hacia atrás y cuando la impulsó hacia delante, el pelirrojo saltó de su mano (no sabía que eso podía hacerse) tomó la mano del gorila y de un tirón hizo que cayera al suelo. Estaba tan decepcionada... Entonces, inesperadamente, el segundo aristogato tomó una silla y se la lanzó a John, y el lo tomó y lo lanzó al suelo y se armó la pelea.

No presté atención, seguía decepcionada de que Luis fallara, hasta que ví que ambos aristogatos sangraban por la naríz y los tres gorilas tambien, entonces se puso bueno. Pero apareció el director de disciplina y lo arruinó todo.

Terminamos en la oficina del principal.

- No me sorprende que ustedes cuatro estén aqui. - dijo, refiriéndose a mi y a John y sus amigos, algo aburrido de la situación. - Pero ¿Louise y César? Realmente estoy sorprendido. ¿Qué pasó?

Si el cielo fuera carmesí. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora