Infección al corazón

Una visita desagradable

Ya que su padre subió al auto, Ale se tuvo que ir en el asiento trasero del carro. Al parecer no le caía muy bien a su padre, cuando lo volteaba a ver me hacía gestos de desprecio; ojalá que no piense que Ale y yo tuvimos algo.

Ya casi al amanecer, llegamos al campamento base y les dijimos donde se quedarían, Ale con sus mejillas rosas sonrió y dijo:
Ale: -Gracias John-
-De Nada, Ale
Con un abrazo adjunto.

Wendy estaba muy feliz de que ya haya llegado, me preguntó que cómo nos había ido en el viaje, "bien" (siempre disimulando que nos llevábamos el señor, Ale y yo), al parecer Sam y Wendy estaban empezando a ser amigas o algo así; en lo que no estaba ella le enseñó a disparar, a lanzar cuchillos y que hacer en caso de que llegara a haber una fuga en algún lugar de este campamento, aparte de eso le enseñó a como usar el rifle de francotirador.

En la mañana una Jeep Patriot se acercó al campamento, cuando vi al hombre que salía de ese vehículo estaba a punto de sacar mi arma y empezar a dispararle, él era una de las personas más nefastas que conozco.
Su nombre era Roberto Sánchez, lo había conocido en México una vez que salí en un viaje de trabajo; en un bar para ser exactos, él se acercó a mi (ya ebrio), y me dijo:
-Oye idiota, ¿Quieres pelear?
-Estás ebrio, lárgate de aquí
-Que ocurre, ¿te da miedo que tu esposa me prefiera más a mi que a ti cuando te gane?

Inmediatamente le di tres golpes a su horrenda cara y sorpresa, cayó al suelo sin soltar un sólo golpe.
Después no se cómo consiguió mi teléfono y me empezó a molestar, en fin; no hay tiempo de más en este nuevo mundo, hay que hacer valer cada minuto y pasarlo lo mejor posible.

Ese día el y yo nos volvimos a ver, lo volteé a ver y el sólo preguntó: "¿Puedo quedarme?", Belinski no lo dudó y dijo si; y aquel día quedó manchado con aquella visita desagradable...