Días oscuros

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Al día siguiente, vimos que la mayor parte del granizo se hizo agua y que había mucha agua por todos lados, lo malo era que todavía seguía muy nublado, las nubes estaban muy grises y eso podría ser una amenaza de otra tormenta de granizo asesino.

Por el momento seguimos las actividades como cualquier día normal, no le habíamos tomado mucha importancia a eso de la lluvia; algunos se pusieron a barrer el sector para poder retirar el agua que estaba regada en el suelo. Yo por lo tanto salí un rato para cazar algo, mi objetivo era un venado; podría llevar otras cosas como ardillas o conejos, pero no seria lo mismo.
Cuando encontré algo, me asomé dentro de las hierbas y ahí estaba; un hermoso venado joven, así que en cuanto lo vi, decidí que sería mío, así que lo seguí.

Después de un rato de estarlo siguiendo, hubo un punto en el que se detuvo y me miró, no huyó; solo nos miramos unos cuantos minutos y después tranquilamente se fue. De nuevo lo empecé a seguir, pero hubo un punto en el que le perdí el rastro, me tardé en encontrarlo; pero cuando lo encontré ya estaba muerto, resulta que unos perros que ahora son salvajes
se encargaron de matarlo y tan rápido como lo mataron, se lo empezaron a comer, de ninguna manera iba a quitárselos a los perros, no sabia si los perros tendrían rabia o algo; así que busqué otra cosa para cazar.

Empecé a buscar, pasé como un par de horas en el bosque tratando de encontrar algo, maté algunas ardillas y un par de conejos; finalmente encontré una cabaña que estaba a lo lejos y que apenas se podía distinguir a simple vista. Entré y parecía estar vacía, estaba agradable como para vivir ahí un tiempo, cuando entre a la recámara principal había un zombie por decirlo así, muerto. Apestaba la recámara, así que mejor me fui.

Decidí regresar al sector y empecé a caminar; después de un rato caminando vi que algo se acercaba rápidamente corriendo hacia mí, cuando se acercó más me di cuenta de que era un oso negro, lo que se me vino a la mente fue empezar a correr, y lo hice, pasé unos minutos corriendo a toda intensidad sin mirar atrás cuando noté que, no corría hacia mi para atacarme, sino corría para huir de algo...

Infección al corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora