Rosewood

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Belinski nos envió a patrullar el perímetro del campamento, le dijo a Roberto que me acompañara, en mi mente no estaba nada contento, sentía que si estaba en problemas con un montón de zombies atrás de mi trasero el seria el primero en retirarse corriendo, pero por otra parte tenía que tener una sonrisa firme porque el me dió un par de silenciadores para mis silverballers.

Ya cuando agarramos unas armas para ir, agarré mis dos pistolas y el parecía que quería irse a matar a media Rusia, se llevó dos pistolas, un rifle silenciado y una escopeta. Aparte según el se sentía seguro teniendo un cuchillo en el tobillo y una pistola en el otro tobillo, vaya idiota, pero bueno finalmente como citó Einstein una vez:

"Hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana".

Ya después de un largo rato caminando, vi a lo lejos una horda gigantesca de zombies aproximándose a nosotros; alerté a Belinski con un radio que traía en ese momento y me fui corriendo con Roberto lo más lejos que pudimos.

Corrimos y ellos nos vieron, cuando ellos nos pusieron sus hórridos ojos encima, empezaron a correr; nosotros tuvimos que correr lo más rápido que pudimos. Ya después de un rato corriendo, vi a lo lejos algo que podría ser un tipo de casona religiosa y le dije a Roberto que nos metiéramos ahí; creímos que los habíamos perdido, pero no, rodearon la casa y casi nos llegan por la espalda, al parecer si era una capilla con un tipo de almacén gigante atrás, nos escondimos y entonces fue cuando uno me agarró de un brazo, no tenía piernas y entonces patee a ese zombie y nos fuimos corriendo a la parte del almacén que estaba atrás de la iglesia, nos escondimos durante un largo rato...

Infección al corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora