Hambrientos, sangrientos, no teman mis pequeños...

120 7 0
                                    

Fueron varios días para ya llegar al punto de ayuda, se agotaba la comida, la gente enloquecía; al parecer ya habían perdido la razón, pensaban en su familia, yo tenía a Wendy y con ella es suficiente, aunque si les importaría no me molesta decirles que extraño a mi hija.

En cuanto a las armas y municiones, encontramos mucho en la armería de una prisión que estaba en el paso; en base a gente estamos bien, eso nos fortalece ya que contamos con todos para protegernos entre nosotros de esas cosas. Hoy es domingo, cuando el mundo vuelva a la normalidad (si es que vuelve), me gustaría pasar un día con mi esposa bebiendo cerveza y viendo el superbowl, ese es el domingo perfecto para mi, da igual, nunca regresaremos al igual que la gente importante para nosotros que murió a causa de un arma biológica que hubiéramos usado para alguna guerra.

La gente con sus hijos me recuerda que aún hay un poco de esperanza en sus corazones, que conseguirán la cura y que saldremos de esto como lo hemos hecho de todas nuestras pestes, otra razón para ser optimista y no el idiota pesimista, contare las horas con mi reloj, días, meses, años.......

Infección al corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora