Otro día, otra bala....

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Los desviamos hacia la carretera, fue un poco difícil en que nos llegábamos a encontrar uno o dos zombies cada kilómetro; el soldado Belinski estaba conduciendo mientras el oficial Roebuck, Sam y yo les disparábamos con todas las armas pesadas, como las torretas encima de los vehículos que teníamos (nos llevamos dos vehículos para desviarlos y estar juntos todos), cuando ya finalmente a la mayoría los habíamos desviado y a otros aniquilado, regresamos al escuadrón donde los médicos nos dijeron que ya estaban por descubrir esa cura.

Cuando pasábamos en la carretera me acordé cuando fuimos a Las Vegas Wendy y yo, aunque no lo crean es muy difícil acostumbrarse al mundo donde estamos, aunque en la televisión llegue a parecer fácil me seria satisfactorio decirles que ahorita si pides pizza lo único que te dará su repartidor es una mordida con un virus letal que causa la muerte, nada mal no?

Wendy se pregunta que porque nos tocó esto a nosotros y la verdad le respondí:
-No creo que Jesús quiera bajar a disparar por nosotros-.
-¿No puedes ser un poco optimista John?-
-¿Preferirías que tus hijos dispararan a esas porquerías?-
-Maldición no puedo creer que seas así conmigo-
-Wendy, no es que sea malo contigo, créeme que yo cambiaría las balas por monedas si aún sirvieran-.
-Gracias pero eso no me inspira-, respondió con una lágrima en sus ojos y una escurriendo por su mejilla....

Infección al corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora