20. Lo Pensará.

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Pov Profesor Díaz.

Antes de llegar al salón de clases nos topamos con el director que venía por donde quedaba nuestro destino, lo que me daba a entender que había ido a buscar a Dan.

— Buenos días profesor Díaz — saludó viendo al arquitecto a mi lado — arquitecto Domínguez, que gusto tenerlo de nuevo por aquí.

— ¿Fue a hablar con el joven Villado? — le pregunté directamente.

— Así es, el Joven Mendoza no se presentó en la mañana a mi oficina y...

— ¡¿Cómo?! — casi le grité en la cara — ese maldi...

— Su vocabulario — me interrumpió el director — y quería saber que el no lo estaba incubriendo, pero el joven Daniel se encontraba desconcertado también.

— Debemos de encontrarlo ante de que cometa otra cosa como aquella — dije algo desesperado, no quería que aquel sujeto siguiera libre.

— Estamos en ello — dijo para caminar hasta la dirección y resolver aquel problema.

No podía creer que fuera tan cobarde y no aceptará sus errores, debía de pagar y yo me encargaría de eso. Seguimos caminado hasta el salón de clases.

Cuando llegamos hasta el salón de clases ya estaban todos los alumnos, el arquitecto Domínguez se adelantó y entró primero, dejando a los alumnos confundidos.

— Buenas tardes jóvenes — dije entrando detrás del arquitecto, busque a Dan con la mirada.

Al parecer se veía preocupado por la desaparición de aquel sujeto que lo había intentado violar.

— El día de hoy nos acompañará el arquitecto Domínguez, ya lo conocen — agregué pareciendo muy obvio — muy bien vamos a comenzar con el repaso de los temas.

Todos los alumnos asintieron y comenzaron a sacar sus apuntes listos para repasar lo más posible ante del exámen.

De vez en cuando miraba a Dan que estaba algo cerrado en su mente, pero volvía a la realidad, parecía que no se concentraría en la clase y no me sentía bien al presionarlo más.

Sus amigos también se encontraban preocupados por el estado en el que se encontraba Dan.

El tiempo pasó rápido y cuando terminó la clase no podría dejar que Dan se fuera sin dejar que se fuera sin saber cómo se encontraba y confirmar que no lo estaban incubriendo.

Los llamé antes de que salieran del salón y se acercaron hasta mi escritorio.

— Jóvenes necesito que me digan que no están incubriendo a Fernando Mendoza — les dije serio mirando a Dan y tratando de descifrar sus pensamientos.

— ¡Por supuesto que no! — casi me gritó la señorita Natalia en la cara.

— El director me dice que se ha escapado — les dije ya que al parecer los amigos de Dan no lo sabían oficialmente.

— Eso es grave — mencionó el jóven Eduardo, y vaya que era muy grave para todos.

— Si, necesitamos encontrarlo y llevarlo a la policía, si saben algo de él no duden en informarnos — les dije serio para ver si no demostraban actitudes extrañas, pero podría confiar en ellos.

— Por supuesto profesor — me respondieron al mismo tiempo.

— Joven Villado, ¿Puedo hablar con usted un momento? — le pregunté, solo asintió y sus amigos lo dejaron solo conmigo y el arquitecto.

— ¿Cómo te encuentras? — le pregunté cuando ya estábamos solos.

— Mejor — respondió sin muchas ganas, al parecer le había afectado más de lo que imaginaba.

El Profesor DominanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora