35. Reclamos.

170 9 0
                                    


Pov Daniel.

Después de que Eduardo saliera de la habitación quería encarar al profesor por no haberme dicho lo que tenía planeado para solucionar el silencio de Eduardo. Realmente no me imaginaba que lo iba a unir a nuestro trato.

De solo pensar que ahora nos compartiríamos al mismo hombre me ponía los pelos de punta y revolvía mi estómago. No sabía en qué acabaría aquello pero sabía que en nada bueno podría salir si Eduardo estaba involucrado.

— Y bien, ¿De qué quieres hablar? — dijo el profesor embobado viendo mi cuerpo desnudo.

— Mis ojos están arriba — dije algo molesto — y si se puede saber, ¿Por qué Eduardo se unió a el trato de ambos?

Se quedó en silencio unos minutos, parecía que estaba pensando bien lo que iba a mencionar, no sabía si sería bueno o malo. Realmente me sentía incómodo con la presencia de Eduardo en esta casa y quería saber el porque no me lo consultó también a mí.

— Fue la única forma en la que sabía que no podría decir nada — dijo serio, pero se notaba que estaba contrariado en algo.

— Pues para mí había demasiadas formas para mantenerlo callado pero...

— ¿Y en todas estabas 100% seguro que no iba a decir nada? — me calló de repente, la verdad es que si había una posibilidad de que no se quedará callado, obviamente me quedé en silencio — ¿Crees qué no pensé en ello? Todas las oportunidades tenían una probabilidad de que no se quedara callado a menos de que usará los...

Y se quedó en silencio, aquello me pareció extraño ya que de notaba tan confiado en lo que estaba diciendo, sería algo que me tocaría descubrir a mi ya que me parecía sospechoso.

— Que lo hiciera parte de nosostros, ya que estando dentro no podría como acusarnos si el también formaba parte — dijo sin mirarme a los ojos, sabía que en algo mentía, pero tenía que aparentar que le creía todo lo que me decía.

— ...Tienes razón — dije al fin viendo cómo me miraba con intriga y algo de confianza — era obvio que de alguna otra forma nos acusaría con la universidad o peor aún con la policía...

— Yo impediría aquello, pero es más fácil así — dijo acercándose a mi, poniendo sus manos en mi cintura desnuda.

— Tienes razón, siempre piensas en todo — dije poniéndome de puntitas para darle un pequeño beso, rápidamente se aprovechó y lo transformó en un beso deseoso y caliente.

Mis manos viajaron hasta su cabello y las suyas bajaron a mi trasero, tocando el plug que tenía ya en mi interior, haciéndome soltar gemidos entre el beso. Al parecer ni Eduardo llegaba a prenderlo como yo.

— Creo que deberíamos... de bajar a tomar el desayuno... — dije entrecortado por los momentos que hacía con el plug — Eduardo nos debe estar... esperando...

— Tienes razón — dijo en mi oído seductoramente — pero está noche tú serás mío...

La verdad me prendía demasiado que me dijera aquellas palabras, porque sabía que yo era suyo desde la primera vez que lo hicimos, sabíamos que nuestra conexión iba más haya del contrato que teníamos de por medio.

Luego de unos besos más, bajo a la cocina en lo que yo me cambiaba con el uniforme que me había dejado en la cama. Era similar al de Eduardo, solo que de color azul, monocromático y transparente.

Baje a la cocina y me encontré con Eduardo háciendo el desayuno, pero se notaba que solo quería llamar la atención del profesor Díaz. Decidí quedarme en la entrada viendo y escuchando lo que pudiera pasar entre ellos.

El Profesor DominanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora