capitulo 16

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Holaaaaa, ¿Ya se vieron el final de amphibia? 😿

Amphibia es mi serie favorita la cual amo tanto, la voy a extrañar mucho😿😿😿

Bueno y hablando del final de amphibia le acerté un poco ¿No? JSJAJAJ lo digo porqué Marcy en amphibia escribió un webtoon y aquí, en el fan-fic es escritora, y pues las chicas terminaron con 23 años, igual que aquí.

WOW las chicas tienen 23 años.

Bueno, esto lo iba a subir ayer, pero me la pasé llorando por el final de amphibia, así que... ¡Aquí está el capítulo 16!

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-Así que ya tengo oficialmente una nueva manager.

Marcy había estado muy sonriente durante todo el camino. De hecho, incluso en ese momento, subiendo las escaleras de mi edificio -porque estaba en contra de que usara ascensores, teníamos que hacer ejercicio- no dejaba de sonreír como una idiota.

No estaba muy segura de si devolverle la sonrisa, poner los ojos en blanco o
empujarla.

-Deja de decirlo -protesté, al final-. Y deja de sonreír tanto.

-Es que estoy contenta.

-Ya lo veo, Marcy.

-Pobre coreano. Se han ido con la misma cara con la que saldrías de un examen en el que han puesto todos los temas menos los que has estudiado.
¿Qué pasa? -preguntó. Solo necesitaba ver mi expresión para saber que tenía algo en mente.

-Bueno... he pensado que... mhm... tu cama es más grande. En la mía
dormiremos muy incómodas, ¿no?

Marcy se quedó mirándome un momento. Una sonrisa maliciosa ya estaba empezando a formarse en sus labios.

-Si quieres que vayamos a mi casa, solo tienes que decirlo.

-Pues... quiero que vayamos a tu casa.

La verdad es que la última vez que estuve en casa de marcy no me fijé mucho en los detalles. Principalmente porque por la noche estaba borracha y por la mañana resacosa. En ninguna de las dos ocasiones estaba en condiciones de analizar su dulce hogar.

Pero ahora estaba serena. Podía ver que la casa estaba decorada en tonos algo fríos, todos combinados con la madera oscura de las dos columnas que separaban en salón del comedor y la cocina. Había muchos muebles de ese mismo material, de hecho
el suelo también era de madera de ese color. Las paredes, en cambio, tenían tonos mucho más claros. Y no pude evitar fijarme en que no tenía ni un cuadro, ni una planta... ni siquiera muchos libros. Las estanterías estaban casi vacías.

-¿No te gusta decorar? -pregunté mientras ella dejaba los cascos y las chaquetas en la entrada.

-Lo odio -me aseguró.

-Ya lo veo. ¡Al menos podrías comprarte un cuadro!

-Cómpramelo tú -me sonrió al pasar por mi lado.

Fue directamente a uno de los dos sofás, ambos encima de una alfombra clara y gruesa y enfocados a una televisión bastante grande. A mi padre le encantaría este salón. Tenía incluso la mesita para poner las cervezas que fuera bebiéndose mientras miraba algún deporte. Su actividad favorita en el mundo. Y la que más odiaba mi madre. Cada vez que los comparaba, me daba cuenta de que no tenían nada en común.

Era un poco triste pensarlo.

-¿Piensas quedarte todo el día de pie? -preguntó, con los ojos asomándole por encima del respaldo.

Todo tiene su tiempo  -MarcAnne-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora