10: Billar, algo de droga y algo mas

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Habíamos terminado de hacer todo en la casa de fraternidad de Lisa y ahora estábamos en la residencia, para terminar de arreglarnos e ir a la fiesta. Debido a que iría como Sandy, compramos algo casi igual a lo que usó en la final de la escena de Grase, toda vestida de negro y cuero, lo único que decidí cambiar fue el peinado, por mi cabello largo. Las chicas querían ir como las amigas de Sandy, así que prefirieron el cuero y color negro pero usaron la icónica chaqueta rosada.

—Hoy es la noche de decir que si a todo —dice Lisa sacando su teléfono para tomarnos fotos.

—¿Y si nos piden asesinar a alguien? ¿Debemos decir que si? —pregunta Kenzie.

—Solo si hacen el trabajo bien y no dejan testigos.

Ni siquiera respondo a eso. Salimos de la residencia, donde nos encontramos a un par de chicas que también iban a mi fiesta y nos acompañaron. Cuando llegamos, la casa estaba completamente llena y ni siquiera eran las 10 todavía, pero la gente buscaba cualquier excusa para tomar. Vi que había un rincón lleno de regalos, al menos las personas fueron amables al comprarme algo.

—Es hora de emborracharnos.

Lisa se va a la barra, donde hay dos chicos haciendo los tragos. Pedimos para las cuatro y nos fuimos a la pista de baile para distraernos un poco. Luego de varias canciones, fuimos a la parte de atrás donde había una piscina, allí ya había gente con traje de baño y disfrutando de un juego improvisado.

Intento mantenerme alerta a todo lo que sucede a mi alrededor, hasta me enfoco en los tragos de mis amigas y de quienes se nos acercan para saludar o felicitarme. Sé por experiencia y porque también he leído en muchos libros que la mayoría de las fiestas no terminan nada bien. Algo siempre debe suceder y esperaba que si pasaba algo, no fuera demasiado grave.

Lisa fue a bailar con un chico que la invitó, Alessa estaba pendiente de toda la fiesta, que el trago no faltara y la comida que debía llegar, Kenzie decidió ir a jugar billar y yo la acompañé hasta la mesa. Había varias personas, entre esas una de las 3 trillizas McCann, muy conocidas en la universidad no solo por su preciosa apariencia, sino también por lo tan diferentes que son y sobretodo el poder que tiene el apellido. La que esta jugando es Kya: cabello negro, morena y unos ojos verdes con motitas ambarinas. Era tan preciosa la condenada.

No solo es conocida por lo que es, sino también porque jamás pierde un juego de lo que sea y además siempre hacen apuestas. Si no tienes dinero, debes apostar otra cosa; tu dignidad.

Saludamos a Kya cuando llegamos, no somos amigas pero tampoco enemigas y nada mejor que tener a tus conocidos con poder más cerca que a tus enemigos. Kenzie se une al lado de Kya y en eso, noto que falta un jugador pero no quiero entrar a eso.

—¿Aceptan otro jugador?

Todos observamos al chico que acaba de llegar, atrás de él había dos chicos mas. Si mal no recuerdo, es uno de los nuevos ingresos. Cabello castaño, ojos azules y apariencia de todo un chico bueno, un chico bueno que no creo que sepa en lo que se acaba de meter.

—¿Tienes algo que ofrecer? —pregunta Kya mientras utiliza la tiza.

El chico la detalla por unos segundos. Observo de reojo a Kenzie y ella levanta una de sus cejas con burla.

—¿Qué? —pregunta confundido.

—Aquí nadie juega sin ofrecer nada. Por lo que veo eres nuevo.

—¿Hablan de dinero?

—Oh ya veo... —Kya sonríe tomando otro palo de billar—. Eres becado. No te preocupes, hacemos excepciones con los pobres.

Los demás ríen, menos Kenzie y yo. El chico se mantiene serio, mira a los que están atrás de él y luego nos observa a nosotras. Agarra las mangas de su camisa y las lleva hasta los codos, pone sus manos en la mesa de billar y se inclina hacia nosotras, pero solo observa a Kya. Madre mía, pero que calor.

En medio de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora