14: Canciones y aventuras de media noche

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—¿Cómo crees que se siente el amor para ti, Alessa? —pregunto y veo que ella empieza hacerle una trenza a Lisa.

Luego del concierto, habíamos ido a cenar y después volvimos al apartamento de Alessa para una pijamada. Pero en realidad cada una estaba en su teléfono sin hablar y cuando una se reía, nos mostraba un video gracioso, nos reíamos y luego volvíamos a lo mismo. Decido hacer preguntas para que cada una salga de su teléfono. Kenzie a pesar de que no lo suelta, está atenta al igual que Lisa, quien acaricia a Peligro que esta acostado a su lado. Veo que Alessa se queda pensativa por un rato. La observamos por unos segundos hasta que sonríe mientras aún está trabajando en el cabello de Lisa.

—Si lo simplificamos a una canción, creo que el amor se sentiría para mí como: Lover de Taylor Swift.

—Buenísima respuesta, creo que voy a escucharla en un rato y deprimirme porque estoy soltera. ¿Y tú Lisa? —esta vez pregunta Kenzie ahora dejando su teléfono.

—Para mí el amor se siente como Yellow de Coldplay —confiesa y asentimos en respuesta.

—Una pieza de arte, ¿Kenzie? —Alessa señala.

As long as you love me de los Backstreet Boys.

—Para mí... —comienzo antes de que pregunten y ellas me observan—. El amor ese libro que lees y vuelves a leer y sientes que jamás vas a encontrar otro mejor que ese porque lo ves como tu lugar seguro. El amor para mí se siente como la canción I wanna be yours de Arctic Monkeys. Incluso, el amor se siente como cuando en medio de una tormenta, hay un pequeño rayo de luz iluminando un arcoiris.

¿Acabas de notar lo que hiciste, Juliette?

Ellas se quedan observándome de una manera extraña y me quiero reír de los nervios porque están mirándome de forma extraña. Me doy cuenta que he hablado demás y sé que me atacarán con preguntas, porque al parecer he dado una respuesta de alguien que está enamorada. Y por supuesto, no lo estoy. Solo es algo que desearía sentir en algún momento.

—¿Les cuento un chiste? —pregunto en un absurdo intento de cambiar el tema.

—¿Estás...?

—¿Qué tiene 50 piernas y no camina con ninguna?

—Pero Ju...

—Medio ciempiés.

Esta vez no aguanto la risa y me caigo de espaldas a la cama. Puedo jurar que ellas me siguen observando de manera extraña y yo sigo riéndome como una estúpida. Cuando escucho la risa de Kenzie y después de las demás, no puedo parar de reír. Y ahí estábamos, 4 lunáticas riéndonos a las 2 de la mañana un sábado.

—El chiste fue horrible pero nos reímos porque te reíste —aclara Kenzie tomando su teléfono nuevamente.

Todo era diversión y risas hasta que tocan la puerta. Las 4 nos caímos de culo en el piso al ver que el perro de Alessa corría a la entrada y empezaba a ladrar. Con el corazón en la mano, sintiendo a ver si aún está latiendo voy hasta la puerta y me quedo allí parada, las chicas vienen y están detrás de mí.

—¿Quién es? —pregunto.

—El amor de tu vida —sé de antemano quien es y sonrío.

—No recuerdo que los personajes de los libros que leo existan —digo y escucho su risa.

—Pero existo yo.

—Sigue intentando.

—Abre, preciosa Juls.

Sonrío inevitablemente y abro la puerta. El paisaje que me encuentro, es totalmente digno de enmarcar. Estaba Sean apoyado en el marco de la puerta, a su lado se encontraba Harley con una sonrisa, atrás de ellos estaban ese chico deportista pelirrojo que por un momento no reconozco pero luego recuerdo al chico del parque, ah y Justin, uno de los amigos de Sean que conocí cuando fui con Kenzie a su carrera. Lo sorprendente y atractivo es que los cuatro estaban vestidos de negros.

En medio de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora