8: Peligro conoce a papá

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Entro al apartamento de Alessa y peligro corre a mis pies para que lo acaricie cuando escucha mis pasos. Peligro es un perro doberman que ha estado con Alessa desde que ella tenía diez años, es un perro muy cariñoso y amaba verlo, pero podía ser peligroso a quien le viera con malas intenciones. Era el guardaespaldas de Alessa, peligro la protegía de cualquiera que él sintiera que es un peligro para ella, incluso la acompaña en las noches ya sea solo a caminar o comprar comida. Nadie podía acercarse a mi amiga, primero morías.

Respecto a su nombre, ni siquiera sé porque Alessa lo llamó de esa manera, siempre ha sido su secreto de niña. Ambas nos conocemos desde los trece años, cuando nos conocimos en un parque, en el cual su perro corrió hasta mí y empezamos a jugar, provocando celos en Alessa y a los minutos nos estábamos jalando de los cabellos, pero luego de unos minutos de llorar nos hicimos amigas y cada día nos reuníamos en el parque para jugar llevándome a Iris. En cambio a Lisa, la conocí cuando Alessa la presentó en el momento que entramos a la universidad, volviéndonos a las tres algo inseparables. Después de mi accidente hace dos años, mis amigas me apoyaron y estuvieron allí, a pesar de que no sepan como sucedió todo me hacen saber que siempre me apoyarán.

Alessa termina de arreglarse el cabello mientras escucha ABBA, una de nuestras canciones favoritas cuando íbamos a su casa años atrás para ir a una fiesta. Ella me observa desde el espejo y sonríe con emoción mientras me señala cuando canta: "You are the dancing queen, young and sweet, only seventeen" y luego la sigo mientras usa su cepillo de peinar para cantar. Agarro a Peligro por sus dos patitas y luego estamos allí, como si nada hubiera pasado las últimas semanas.

Nos reímos cuando termina la canción y ella vuelve a arreglarse. Su cabello rubio, atado en un delicado moño lo hace resaltar ya que hace unos días lo tiñó un poco mas, viste deportiva y se voltea para abrazarme, dándome uno de esos abrazos que a veces uno necesita para poner todo en su lugar. La escuché sorprendida cuando la llamé para invitarla al parque, había tenido días malos en los cuales evité a mis amigas y necesitaba disculparme con ellas, empezando por la primera que siempre ha estado allí. Al fin termina y luego toma de la correa al lindo perrito. Salimos a la calle y caminamos al parque un rato, mientras observamos a quien sea que pase por nuestro lado. En todo el transcurso no hablamos, simplemente observamos todo alrededor y aunque sé que ella muere por decirme algo, respeta mi espacio y espera a que sea la primera en hablar.

—Lo siento por estar desaparecida estos días, solo son cosas que debo lidiar conmigo misma —logro decir. Alessa asiente en respuesta y luego suelta al perro para que pueda correr—. No es justo para ti o Lisa que estén allí.

—Juls, jamás debes lidiar todo tú sola. Sé que lo que te sucedió es una mierda, pero, no sientas que debas estar sola para sentirte peor.

—¿Y entonces por qué siento que merezco todo esto?

—Nuestra mente es jodida, sabes. Es nuestra peor enemiga pero solo debes llegar a un acuerdo con ella. Pero, no sientas que tienes que estar sola para sentirte miserable, nos tiene a nosotras. Si una sufre, sufrimos todas. Somos un equipo.

—¿Vas a responderme en medio de la madrugada si te llamo?

—Hasta por la ouija si es necesario. Somos un equipo, recuérdalo.

—Un equipo.

—Esa es mi chica.

Alessa me abraza y me aferro a ella intentando no llorar. Ya había llorado suficiente. Cuando nos alejamos, vamos por unos helados y luego Alessa empieza a llamar a Peligro, quien aparece y se queda sentado con nosotras un rato. Le enviamos un mensaje a Lisa, quien dice que pasa más tarde por mi residencia para una pijama improvisada. Le envío a mi hermana para ver si desea y me responde con que tiene planes que luego me llama.

En medio de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora