—¿Quieres hablar de lo que pasó?
Miro de reojo a Sean, quien mantiene una expresión serena mientras observamos a la gente bailar y disfrutar de la fiesta. Lleva la cerveza a sus labios y me quedo mirándolos unos segundos cuando pasa su lengua para quitar los restos de su labio inferior, dejándolo un poco rosado por la ligera presión y algo húmedos. Aclaro mi garganta y volteo a otro lado, no sin antes verlo sonreír porque me ha pillado.
—Es un tema complicado.
—Que suerte que soy un chico que le gusta lo complicado.
Habíamos salido al jardín, en un lugar apartado y privado en el cual podías hablar sin la necesidad de gritar por la música que se escuchaba de fondo. Volteo a mirarlo nuevamente y veo esta vez sus manos, dónde exactamente tiene su tatuaje de rayos. Él vuelve a tomar de su cerveza y noto que la manga de su chaqueta se baja un poco, dejando ver que el tatuaje va más allá desde su mano. De repente, una canción de the weeknd se escucha ahora mismo, específicamente: The Hills. Escucho a la gente cantar y luego en esa canción, mi piel se eriza cuando llega al coro en el momento que las luces cambian de un color rojo a uno azul sucesivamente.
No iba a mentir, las canciones de The Weeknd provocan algo y ni hablar de las letras. Pero, ahora, que justo se escuchara el coro puedo escuchar también a todos gritar: "I only fu** you when it's half past five, the only time I'd ever call you mine". Siento que mi mente explotará.
Todo empeora cuando siento su roce en mi brazo y me tenso. Sus dedos tatuados acarician la piel expuesta de mi brazo derecho. Lo veo de reojo, Sean canta en voz baja, su voz saliendo algo ronca pero con una chispa de diversión cuando sus ojos verdes conectan con los míos. No sabía si era el alcohol, el ambiente o él, pero sentí unas inmensas ganas de besarlo. Tocarlo. No me importaba si tan solo nos habíamos visto un par de veces, Sean era increíble de ver y su presencia me ponía nerviosa pero me gustaba.
Cuando la canción termina, ahora sonando una más movida y con otro tipo de letra diferente, siento que mi burbuja de deseo se explota cuando él me llama y ahora puedo observar todo con claridad. Dios mío, que cositas he pensado en tan solo unos segundos.
—¿Juliette? ¿Sucede algo? —pregunta con una sonrisa el muy condenado.
—Estoy bien —digo y luego tomo un sorbo de mi cerveza.
—Bueno, si quieres hacer de cuenta que esto que pasó no acaba de suceder, está bien.
—No sé de qué hablas.
—Bueno. ¿Quieres hablar de lo que pasó hace rato? Aunque, también podemos hablar de eso...
Juego con los dedos mientras él escanea mi rostro por unos segundos. Ni siquiera lo pienso dos veces sobre que tema hablar ahora mismo.
—Es una especie de ex —me oigo diciendo—. Salíamos hace meses. Lo encontré con su ex justamente el día que te conocí y lo dejé, ahora cree que tiene el derecho de aparecer en mi vida a cada momento que le plazca.
—Noté que él te tiene un poco de miedo —se ríe.
—Créeme que soy una persona tranquila, a menos que mi paciencia se agote.
—¿Y entonces ya está? ¿Es pasado?
—Kyle ni siquiera fue un futuro y el presente fue algo borroso. De todas formas, no te interesa nada de este tema.
—¿Quién dijo que algo que tenga que ver con tu seguridad no me interesa? El tipo puede ser un psicópata.
Iba a responderle, decirle que Kyle en realidad era un perrito que ladraba pero que jamás hacía daño, solo estaba dolido de dejarle pero jamás me haría algo. En ese momento veo que Harley se acerca con aquellos chicos que conocí el día de la carrera de Sean, ellos saludan y luego me hace una señal de paz con sus dedos, la cuál devuelvo con una sonrisa.
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En medio de la noche
Teen FictionLuego de haber sufrido un accidente, algo cambió en Juliette. Era la misma, pero había algo que había cambiado a su alrededor. Decidió seguir con su vida, dejando atrás ese amargo recuerdo en un intento de volver a la normalidad. Tenía buenas amigas...