16: Radiante y maravillosa

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Sean.

La observo por unos segundos y ella sigue dormida. Me aferro a su mano sana y beso el dorso de ella, junto nuestras manos y me rio al notar mi tatuaje con los rayos. Veo ahora a Juliette y luce preciosa incluso en su peor momento.

Mi cuerpo se tensa al recordar su relato. Ya sabía lo que había sucedido en su pasado, pero que ella me lo contara dolía como mil infiernos y más cuando nombró a su hermana.

Suelto un suspiro y veo a su amiga Alessa entrar a la habitación. Su cabello rubio estaba en un moño con mechones que sobresalían, tenía ojeras y una expresión de cansancio. Ella se sienta en el sofá del frente y mira hacia acá.

—¿Todo bien, rubia? —pregunto.

—Solo son cosas de mi vida. Además, verla en ese estado hace que mi corazón se rompa un poco más.

—Quizás no somos cercanos, pero si necesitas hablar con alguien aquí estoy. De seguro no le cuentas nada a Juliette porque sientes que ella ya lidia con sus problemas y no deseas molestarla.

La rubia sube sus cejas sorprendida y supongo que di en el clavo. Ella pone sus manos en el rostro y me siento incómodo cuando la veo llorar. No se me da bien consolar a las personas. Desde hace mucho tiempo no me sucedía que alguien se viera tan vulnerable ante mí, ni siquiera Juliette, que a pesar de contarme su pasado no se vio como una chica débil, sino todo lo contrario. Ella era fuerte y me sentía orgulloso de eso.

Miro hacia la puerta y deseo que alguien más entre y me ayude, pero al darme cuenta que nadie entrará doy un beso en la frente de Juliette y me siento al lado de su amiga.

—Vamos, cuéntame —pido y ella suena su nariz en un pañuelo.

—Por un segundo creí que le había pasado algo peor —confiesa mientras mira a Juliette—. Cuando sucedió su accidente años atrás, fui quién estuvo en su proceso para sanar sus heridas, tanto físicamente como psicológicas.

—Pero la pasabas peor —confirmo y ella asiente.

—Y de repente que Lisa me llamara y me contara todo esto, sentí que reviví también mi propio pasado.

Ella vuelve a llorar y sé que no querrá decir más nada, pero coloco una mano en su hombro para reconfortar su agonía. Está asustada de que Juliette haya tenido que revivir recuerdos dolorosos ya que ella sí los revivió de camino al hospital.

No le digo nada, pero en el proceso de su llanto se queda dormida y la dejo en el sofá arropada con un cobertor que Kenzie había traído. Voy hasta donde está Juliette, acaricio su mejilla y luego le dejo un beso en su frente.

Salgo de la habitación y camino por el hospital con expresión sombría, algunas personas me observan con curiosidad pero no me detengo por eso. Estando afuera me encuentro con Justin al lado de mi moto.

—Harley me mandó a buscarte ya que no atiendes tu teléfono —dice y asiento en respuesta.

Subo en la moto para ir a casa de Harley, no me doy cuenta de la velocidad en la que voy hasta que casi choco con un auto, ya que Justin me avisó a tiempo. Con el corazón en la mano por el susto, llego a dónde Harley y él ya está esperándonos afuera. Subimos a su apartamento y cierro la puerta detrás de mí cuando él llega con su laptop.

En medio de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora