37. Días de primavera

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La música de una típica disco resonaba dentro del cabaret, mientras sigmas se movían y bailaban a partir de un tubo sobre el escenario. Las risas de los clientes inundaban el sitio, al igual que el enredo de feromonas.

Jeans estaba de mal humor. Más que nada el olor de los alphas satisfechos era demasiado desagradable. Sin embargo, una escencia a su lado lo calmó.

Lavanda, la adorada escencia del sigma que anheló, pero por su misma codicia terminó matandolo.

La mano de Enok tocó su hombro, para luego rozar sus pectorales sobre la ropa. Entonces, se sentó sobre el alpha, que lucía más perturbado que sorprendido.

—Hola, mi detective~— Le sonrió burlesco.

—N-no puede ser... ¡Tú...!—

—Shh~— Colocó su dedo sobre los labios de Jeans. —¿No estás feliz de verme?— Le acarició el rostro, encantando a Jeans.

Derick estaba viendo toda la escena desde el auto, gracias a la cámara de Alisa. —¡Hijo de puta! Tengo que...— Kody hizo que se sentara.

—En este trabajo, si es necesario besar a alguien más lo hacemos, e incluso acostarnos con otro.— Dictó firmemente. —Enok lo sabe y está usando todo lo que tiene a su disposición para atraer a ese sujeto—

Era difícil soportarlo, y eso era para ambas partes. Enok estaba siendo manoseado por Jeans, y no le agradaba esa sensación como antes. Le repugnaba.

—¿Por qué no vamos a las habitaciones?— Sugirió.

—Sí...— El alpha sonrió, bastante fuera de si por ver a Enok. Y lo siguió a la trampa.

En la habitación, lo primero que hizo, fue abalanzarse sobre el sigma, sobre excitado y que lo besara por todas partes, le dio tiempo suficiente a Enok para inyectarle un anestésico.

—Estúpido...— Tiró el cuerpo del alpha lejos de él. —No recuerdo que fueras tan desagradable y eso que eres el padre de mi hijo.— Aprovechó de cambiar su ropa e iba a llamar a los demás cuando Jeans le sujetó la bota. —¿¡Qué...!?—

El terrorista lo arrastró al suelo. —Un calmante como ese no será suficiente...— Estaba vuelto loco. —¡No tienes idea de lo mucho que me ha costado remplazarte...! Pero, eres el único, ahora me aseguraré de que vengas conmigo—

Enok sacó su pistola y lo apuntó. —No te atreverías—

—¿Buscas probarme?— Se levantó, observándolo detenidamente.

Ahora Jeans iba a sacar el arma, pero Enok le disparó en la mano, provocando que soltará la pistola. —¡Maldita puta...!—

—Realmente no te entiendo, Jeans...— El alpha chocó contra la pared, aguantando el dolor. —Yo estaba dispuesto a darte una oportunidad—

—Espera... Nox...— Lo miró aterrorizado y Enok le disparó en la pierna.

—Lo peor de todo, es que no me siento bien haciéndote nada de esto— Sonrió tristemente. —Pudimos haber sido una linda familia, pero querías a un pasivo sumiso que te obedeciera—

—Ahg... ¡Es tu culpa!— Exclamó. —Tú me consentías y me dabas prioridad...—

—Por supuesto, cualquiera haría eso con el chico que le gusta— Respondió, viéndole fríamente. —¿Debería seguir disparando?— Jeans se desplomó. —Al parecer, te bajó la adrenalina— Guardó el arma.

El ruido de los disparos y el caos reinaba abajo del edificio. El escuadrón BEE había entrado en acción. Enok se acercó a amarrar las heridas que le causó al alpha. No había sentido en lo que hacía, pero no era cruel como Jeans. Él no hubiera dejado que Jeans muriera desangrado.

Perfumes Extintos [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora