46. Cambios en la soledad de una isla

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Camilo se movía ansioso por la isla. Mientras, que Eric bebía de su jugo tropical tranquilamente al Sol.

—¡Aquí no hay nadie!—

—Creí que querías que nos fueramos lejos de todo el mundo— Le dijo Eric, dándole un sorbo a su jugo.

—¡No lo decía en ese sentido!— Se dirigió a Eric bastante molesto. —¡Sería más fácil si reaccionaras a mí! ¡Ya no lo soporto!— Se subió encima de su pareja. —Estoy en celo, por favor... ¿Acaso tienes disfunción eréctil?—

—Cami, estás siendo muy grosero— Le tomó del rostro sin cuidado. —Ya que no tienes con quién ir como la puta que eres, ¿Me estás molestando?— Camilo se excito más con sus insultos.

—¡Sí, mi querido, Eric!— Lo abrazó restregando sus feromonas en él.

—Jodida zorra...— Le rocío su jugo sobre la ropa y lamió sobre la blusa de Camilo, chupando los pezones de él. —Te voy a marcar y te voy a embarazar— Le advirtió.

—Me dijiste que no lo harías—

—¿Cuándo dije esa estupidez?— Tiró el collar del sigma abajo. —Desde un principio dije que te haría mío... Además, sabías que te estaba grabando cuando tenías sexo con otros— Le sonrió con malicia. —Siempre mirabas a la cámara, ¿Acaso pensabas en mí?— Camilo le pegó sin causarle efecto.

—¡Eres cruel! ¡Lo sabes...! Y ni siquiera me miras... ¡No quieres hacerme el amor!— Le gritó con lágrimas en los ojos.

—Eres muy desesperado— Lo besó salvajemente. Camilo sintió cada parte de su cuerpo palpitar, el celo lo había dejado a merced de Eric. —No te preocupes, ahora me encargaré apropiadamente de cada una de tus necesidades— Le acarició el mentón. —Ya que estás rogando por atención... Me agrada, deberías hacerlo más a menudo— Le abrió la boca y Camilo lamió sus dedos.

Metió esos dedos en la entrada de Camilo. —¡No necesito eso! ¡Fóllame!— Le tiró de la ropa y le besó.

—¿Cómo es que eres tan malcriado?— Eric lo tiró sobre el asiento y le bajó los pantalones, para penetrarlo.

—¡AHHH...!—

—No gritas así cuando otros te la meten— Sonrió. —Ya he marcado este hermoso cuello antes— Acarició la nuca del pelirrojo. —Pero, nunca perdura mi marca...— Apretó sus dientes. —Si esta vez no queda grabada... ¡Nos quedaremos en esta isla por siempre!— Mordió a Camilo con desesperación.

Ya lo había dicho antes, pero Eric solía dejar una marca en el cuello de Camilo cuando él no se encontraba en celo, por lo que él creía que desaparecía debido a eso. Sin embargo, era porque Camilo esperaba un día como este, el momento que le tomara su total atención.

—¿Sabes? Ya que nací como un delta, no tengo un nudo como los alphas o el enigma— Arremetió violentamente contra Camilo. —¿Aún así te gusta?—

—S-sí... Eric, me encanta...— Lo vió conmovido por el placer, por lo que Eric se quitó la camiseta y sonriendo lo tomó para embestirlo.

El sigma se abrazó a Eric. —¡AHH! ¡Oh~!— Y el castaño continuó penetrandolo en el aire.

—También he pensado que nunca besas a los con que te acuestas— Camilo le besó el cuello a Eric y su rostro. —Me vas dejar lleno de tu maquillaje, Cami— Besó sus labios.

—Eric...— Gimió.

—Sí, cariño, te escucho.— Fue metiendola con más lentitud. —Eres tan lindo~— Camilo sonrió por los halagos. —Tienes que ser una buena madre— Introdujo su pene con bruteza.

Perfumes Extintos [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora