10. Dos copos, más otros

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Los dos emanaban un intenso calor por el otro. Kody recorrió el cuello de su teniente con sus labios. Besándolo como una bestia sin querer perder a su presa, dejando hipnotizado a Zack. Lo empujó contra el escritorio, rozando sus cuerpos sobre la ropa.

El capitán tocó los duros pezones que se asomaban bajo la camisa. —Ah... Capitán— Pronunció lentamente.

—Eres tan caliente, Zack— Murmuró desabotonando la ropa.

—¿Tenemos que hacerlo aquí?— Kody pasó su lengua por la oreja de Zack. —Mhm...— El teniente sintió presión cada vez que sus cuerpos se tocaban en ciertos puntos. Quería deshacerse de su ropa y más que nada tirar la de su capitán para observar aquel asombroso cuerpo que tiene.

—¿No quieres?— Le preguntó dejándolo sin pantalones.

—Ya me ha dejado sin ropa, jefe— Sonrió. —Es estúpido preguntar— Continuaron besuqueandose, cuando la alarma de la oficina sonó. —Ahg, mierda—

—¿Tenía que ser justo ahora?— Zack se colocó de nuevo su uniforme. —¿¡Qué se supone que haga con esta erección!?— Mostró la gigantesca anaconda que sobresalía de su cinturón.

—Ahaja, parece que tendrá que ocuparse solo— Sonrió malvado el omega.

El escuadrón se dirigió al puente de transición entre comunidades. Hace poco había sido abierto para reacomodar la población.

—¿Qué pasa aquí? ¡Abran el paso!— Exclamó Alisa, que no aguantaba el desorden.

En masa las jerarquías ocultas empezaron a señalarse y a hablar al mismo tiempo. —¡No se entiende nada de lo que dicen! ¡Uno a la vez!— No obedecían a la beta.

SILENCIO— calló Kody, que estaba de mal humor, porque pudo haber tenido una estupenda noche de sexo. —Comunidad 1 a la izquierda, comunidad 3 al medio y comunidad 2 a la derecha— Los formó. —Les dejo las preguntas— Bostezó.

Alisa y Zack sacaron sus tabletas para anotar las respuestas a lo sucedido. —Empezaré por el más racional que conocemos... ¿Enok, qué pasó?—

—Resumidamente una pelea territorial— Se encogió de hombros. —Los deltas no están de acuerdo en dejar sus hogares y compartirlos con personas desconocidas— Los más fuertes se gruñían entre sí.

—Lamentablemente, deben seguir las reglas— Habló Elisa. —Deben seguir el orden recomendado y podrán salir de aquí. Y también podrá mejorar su modo de vivir dentro de la comunidad—

—¡Hemos vivido un montón de años de esta manera! Que nos separen de la jerarquía que instauramos es injusto— Criticaron.

—¿Están diciendo que son tan débiles que no pueden adaptarse a los cambios?— Preguntó Zack.

—¿A quién crees que llamas así, omega?— Uno de ellos se fue en su contra con un puñetazo. Pero, Zack esquivó fácilmente el golpe y lo tiró contra el suelo.

—No creas que los omegas somos débiles. Tú naciste de un gamma u omega seguramente, así que no deberías decir esas cosas.— Lo dejó ir. —¡Puede que hayan crecido con ese estúpido pensamiento! ¡No obstante, tengan en cuenta que allá afuera no se discrimina!— Apuntó a los muros. —¡Allá afuera, en Suecia, se tratan todos con igualdad!— Comenzaron a mumurar por las palabras de Zack.

Kody aplaudió lentamente, haciendo que el eco de sus palmas resonara, porque todos le prestaron atención. —Si lo han entendido...— Sonrió. —Bienvenidos a las nuevas comunidades— Se apartó del puente de tránsito. —Todas fueron remodeladas, así que sus casas habrán cambiado drásticamente. Construimos un ayuntamiento.— Señaló. —Por lo que espero que lo usen para decidir democráticamente y dejaremos que puedan pasear entre comunidades— La mayoría se asombró.

Perfumes Extintos [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora