54. Gota invernal

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El olor a café se intensificaba sobre las esencias en la cafetería que frecuentaba Jean. Era agradable no estar envuelto por los olores de las demás personas.

Sostuvo la taza con ligereza, mientras dos ojos azules le veían curiosos. Su hijo, Nox, tenía mucho por decir, así que dejó la taza sobre el plato.

—¿Cómo te va en la escuela?—

—Mis notas son perfectas— Cierto, no tenía que preocuparse por él. Nox era una fría máquina al igual que Jeans, por lo que seguramente nunca tenga problemas académicos. —Papá, ¿Todavía piensas continuar soltero?—

—Es la decisión que he tomado—

—¿Todavía piensas en mi madre?—

—No hay nadie que lo iguale— Contestó, llevando a su boca el pastel favorito de la persona que era el tema de conversación.

—Mhm...— Nox se vió pensativo. —Papá, no me importa si formas una nueva familia— Jeans tosió debido a sus ideas absurdas.

—Nox... Yo ya amé una vez... Estoy satisfecho con ello—

—Pero...— Suspiró.

—Es mejor permanecer solo—

—Si tú lo dices...— Comentó alzando sus cejas incrédulo. —Pero, si un día encuentras a alguien especial quisiera escuchar el chisme— Dijo tomando su mochila y cosas para irse. —Adiós, papá— La campanilla hizo ruido al salir.

Como era usual, Jeans se quedó trabajando dentro de la cafetería, viendo papeles, mientras le acompañaba una taza de café.

La campanilla sonó, pero no le prestó mayor atención. Hasta que la persona que pasó por su lado sacó a relucir un exquisito aroma a lavanda.

—¿Enok?— Alzó su mirada, encontrándose a una persona completamente diferente.

—Lamento llegar tarde, pero me llamaste repentinamente...— Habló con una voz jovial a la gerente.

Aquel chico que entró tenía la misma esencia que Enok, además de tener una silueta familiar, probablemente sus alturas eran similares, pero la diferencia estaba en su color de cabello y rasgos faciales.

Era alguien hermoso, pero en un sentido diferente que la de Enok a quien le combinaba las palabras “Precioso” y “Sensual”. Quien estaba parado enfrente de la barra cabía decir que era “Lindo” y “Refrescante“. Inspiraba gentileza.

Una nariz tierna al ser redonda que resaltaba su rostro delgado y delicado. Sus cabellos desordenados caían sobre su frente, haciendo notar su color de piel más blanco, mientras su pelo era de un castaño medio.

Ese chico era peculiar para Jeans, ya que ni siquiera cuando conoció a Enok tuvo una reacción tan intensa. Se había excitado totalmente.

Aún así, aunque fuese su destino, Jeans lo ignoraría. Mordió su labio hasta hacerlo sangrar, al igual que sus puños para entrar en razón.

“Nunca más...”

No podía volver a hacer lo que hizo con Enok, jamás. Se había prometido no fijarse en nadie, y vivir por el resto de su vida en soledad. El hecho de que su hijo lo quisiera era un milagro para él.

Sin embargo, fue imposible que no viera a aquel nuevo mecero de vez en cuando. Además, de que le hablaba algunas veces brevemente.

—¿Lo mismo de siempre?— Le habló el castaño en un tono agradable.

—Sí...—

—¿No se cansa del mismo pastel?—

—Uhm... ¿Por qué no me recomiendas tu pastel favorito?—

Perfumes Extintos [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora