31. Corazón cálido

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Los chicos estaban acomodándose en la oficina, ya que recién llegaban.

-¡Buenos días!- Saludó Alisa.

-¡Hola!- Contestó el albino animado. -¿Zack, está bien que vengas a trabajar en tu condición?-

-Es más difícil para un omega no estar cerca de el padre de sus hijos-.

-Oh, entiendo- Comprendía Enok de a poco. Los sigmas no necesitan depender de esa manera de su pareja.

-Ah, Enok me dijeron que hoy vendría el encargado de las relaciones con la policía. No necesitas ser más el intermediario-

Enok suspiró aliviado. Porque no sabía si se estaba volviendo paranoico, pero sospechaba de Jeans para mal. Y tener que tratar con él en el trabajo también no sería fácil.

La puerta sonó y Kody se encaminó a abrirla. -¡Debe ser el agente intermediario!- Abrió la puerta contento, pero en cuanto vió quién era la cerró. -E-es Derick- Habló confundido.

-¿Qué...?- Nuevamente Enok sufría un impacto.

Kody volvió a abrir la puerta. -Ahaja... Pasa- Ninguno de el equipo lo veía con buenos ojos.

-¿Se puede saber qué hace este bastardo loco aquí?- Habló Zack sin pelos en la lengua.

-Soy el agente mediador encubierto- Contestó, tratando de no sonar inseguro. -Desde ahora estaré trabajando con ustedes. Agradecería que cualquier situación sobre la comunicación directa con la policía me la presenten a mí primero. Me haré cargo-.

Luego, todos miraron a Enok, quien aún permanecía congelado. Tragó saliva antes de decir -B-bienvenido al equipo- Aunque no haya sido sincero, le sacó una sonrisa a Derick.

-¡Para tu información! Debes permanecer a 10 metros de distancia de Enok- Dijo Zack.

-Ahaja... ¿Enok, podrás guiarlo sobre lo que conoces de la policía?-

-Como ordene capitán-

-¡Pero, Kody!- Exclamó el omega, tirándole una revista del escritorio.

-Derick, mi esposo está de mal humor por el embarazo, espero tu compresión- Sonó más como una amenaza, que una disculpa.

-Lo entiendo-

-¡Y Zack, no tires a mis rubios!- Recogió la revista de desnudos.

Derick tenía un escritorio lejos del equipo, para que todo fuera más cómodo. Sin embargo, se olía la hostilidad tensada en el aire.

La hora de descanso fue un tremendo respiro para todos. Enok se dirigió a la máquina de café, necesitaba un buen café cortado.

-¿Café con leche?- Y oír a Derick detrás de él no lo alivió. Acechaba en la fila.

Derick se sirvió un café americano. -¿Qué haces aquí? Ya son demasiadas coincidencias-

-Unas extrañas, pero muy buenas coincidencias- Bebió de su café.

-Cielos... Cada vez que te veo me haces enfadar- Le miró estresado.

Oh, Enok estaba siendo tan frío... A Derick le helaba, pero al mismo tiempo lo emocionaba. Tanto que podría tocarle una rarísima canción.

Como no le había dicho que se fuera, Derick se quedó observando a Enok. Se apoyó en la pared y el albino se sentó en el banco que estaba al lado de la máquina.

La manera en que soplaba y sostenía el café con sus dos manos era adorable. Y más el hecho de que la nariz de Enok se volvía roja por el calor que recibía del vapor. ¿Había una parte de el cuerpo de Enok que no se volviera roja?

Perfumes Extintos [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora