Cerré los ojos con pesadez antes de abrirlos y enfocarlos en los azules frente a mi, parpadeo tres veces para alejar las ganas de querer correr como una loca lejos del escrutinio enemigo.
— ¿Por qué estás molesta? — preguntó con sus manos entrelazadas a sus espaldas.
— No estoy molesta ¿por qué debería estar molesta? — contraataque con otra pregunta.
— Espero que tu comportamiento ni tenga que ver con mi nueva favorita — con gentileza tomo un mechón de mis cabellos — Al parecer es una molestia para todos —
— Podemos hablar de otra cosa que no sea su favorita — tome entre mis manos la mano del hombre que sostenía mis cabellos y planté un beso en ella.
— Quien dijo que hablaremos — una sonrisa juguetona surcó sus labios.
***
Aspiré con fuerza el fragante aroma de las rosas, me enderece en mi altura con una sonrisa suave en mi rostro. Al amanecer la Valide sultan ordenó preparar el jardín para desayunar, miro hacia el toldo donde Şemsperi Sultan estaba junto a sus dos hijos y al otro lado de la mesa Şemsişah hatun su vientre empezando a notarse.
— Me encantan las rosas — una voz tranquila dijo a mi costado izquierdo.
Un tanto sorprendida encaró a la persona que habló, Ayse sostenía entre sus manos una rosa, rodé los ojos para posteriormente fijar mi vista en los rosales y así ignorar su presencia.
— ¿Por qué no podemos ser amigas? — su pregunta me desconcertó.
— Este no es un lugar para hacer amigos y menos si compartimos el mismo hombre, sé que sabes las complicaciones de una amistad que será efímera — la miré un segundo antes de seguir hablando — Esto es un campo de batalla, las demás no tendrán piedad de ti si te ven débil — suspiré para posteriormente colocar mi mano en su hombro — Tanta amabilidad con tus enemigos puede volverse tu final —
Ayse asintió comprensiva, sus hermosos ojos verdes mostraron su tristeza ante mis duras palabras.
— No tener que pelear contigo como lo hago con Şemsişah o evadir miradas e ignorar nuestras precencia como con Şemsperi, es agotador y solitario vivir así — con algo de pena sostuvo mi mano — Puedo notar que no eres como ellas, no me amenazas y aunque me ignoras la mayor parte del tiempo — río sin gracia — Me haz dado consejos desde que soy una favorita, has hecho mucho por mi aunque no lo creas, siento que podemos ser amigas — soltó mi mano — Aunque no sea para siempre, quiero que nos llevemos bien —
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La Haseki // Ayşe Sultan
Fanfiction- ¿Cuántos ríos has secado? - el hombre en su lecho de muerte vio su vida pasar frente a sus ojos, recordó todo lo que perdió. - ¿Qué es lo que más lamentas Murad? - la voz dulce parecida a la de una mujer preguntó. El hombre a duras penas si podía...