19 | Egoista

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Despierto por el fastidioso ruido de el despertador en mi teléfono, suelto un quejido al respecto. Me incorporo y camino unos pasos, pero fui detenido por una cuerda en mi pie, retorno y dejó caer mi cuerpo a la cama mirando hacia el techo, otra vez amarrado, al menos mis manos y mi boca estaban libres. Llevaba unos pantalones grises, no los tenía en la madrugada, estoy seguro de eso y hacía un frío terrible.

La luz empezaba a verse por las cortinas, eran las 6 am y el sol hacía acto de presencia. Me siento en el borde de la cama y diviso mi celular sobre una cómoda al otro lado de la inmensa habitación, tampoco me había fijado en ello, era como una habitación de hotel, más no lo era, estaba detalladamente diseñada con un estilo elegante, dentro había unas tres puertas y solo reconocí la que llevaba al baño. La puerta de entrada se abre y deja ver a mi vecino entrando con una bandeja.

—Buenos días, precioso— dice.

—¿Entonces era un ensayo? Un ensayo para esto— digo y me cruzo de brazos.

Este se encoge de los hombros y se acerca a mí.

El despertador de mi teléfono suena nuevamente, mi vecino deja la bandeja en la mesita de noche y va a hacia este, deteniendo en sonido.

—Cierto, hoy tienes que ir a clases— dice y comienza a teclear en el celular.

—Que novedad— ruedo los ojos. —¿Que estás haciendo?

—Ausentándote en clases— dice y hace una pausa. —Diciéndoles a los que estás harto de todo y te largaste por ahí.

—Oye, ya es suficiente, déjame ir— digo poniéndome de pie.

Este regresa el celular a su lugar y se acerca a mi nuevamente.

—¿Quién o que autoriza eso?— pregunta mirándome a los ojos.

Aquí es cuando yo me convierto en pura mierda.

—Yo-¿yo?— es lo único que logro decir.

—Lo siento— suelta una risita. —Denegado.

—Por favor, haré lo que quieras, pero déjame ir, no puedo estar aquí encerrado— suplico.

—¿Acaso no te gusta todo esto? Es exclusivamente para ti y la acomodé para que te sientas bien.

—Tengo un frío de muerte— cruzo mis brazos y miro hacia otro lado.

—Problema resuelto— este saca un celular de su bolsillo y comienza a tocar la pantalla varías veces. —Listo, ahora come tu desayuno— dice y va hacia la bandeja para entregármela.

—No, gracias— digo.

—Debes hacerlo, no quiero que mueras de hambre.

—Estoy bien así.

—A ver— sostiene la bandeja con una mano y toma una tostada acercándola a mi boca. —Abre grande.

Trato de esquivar la tostada girando mi cara en varias direcciones.

—¡Ya detente!— grito derribo la bandeja al girar hacia él.

Este mira hacia el suelo y luego vuelve a mí, sin decir nada. Sin verlo venir, toma de mi cabello llevándolo hacia atrás, obligándome a mirarlo.

—¿Quisieras hacer las cosas más fáciles? Así no iremos ninguna parte.

—Nunca iremos a ninguna parte— digo.

—Cállate— dice entre dientes.

—Nunca seremos nada.

—Cállate por favor.

Obsession | HyunLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora