Estoy sentado a las cinco de la tarde leyendo mientras me tomo un café, algo poco usual debido al movimiento que suele haber en el cuarto de chicos de cuarto, mi año, y quinto, puesto que en estos años, como hay muy pocos Slytherins, se comparte cuarto.
¿La razón de la tranquilidad? Que acaba de iniciar un partido de Quidditch, Hufflepuff cintra Gryffindor. Apenas hay algunos Slytherins en la sala común y en la habitación en la que yo duermo no queda ninguno, pues todos, o la gran mayoría, de mis compañeros de cuarto son fanáticos del Quidditch, y otros solo quieren ver a su legendario enemigo (Gryffindor) perder. No sé por qué tienen tanta fe en que pierdan, son tan buenos como otros equipos.
Aunque a mí también me guste el Quidditch, de hecho, soy buscador de mi casa, no me interesa presenciar o participar en partidos en los que mi casa no compita. Aunque otras veces fui a ver varios partidos, en parte para ver a mi hermano jugar y en parte para ver a James hacer lo mismo.
Ay, James. Probablemente hubiese ido a ver el partido por mi hermano, pero aún no estoy preparado para ver a James, ver cómo festeja y se pavonea por la victoria, apoyado por su nuevo y perfecto novio, Jack Miller, un Ravenclaw mestizo, rubio, de ojos verdes, capitán de su equipo de Quidditch y con notas perfectas, alguien tan similar a él; eso si es que ganan, claro, y si pierden es obvio que su queridísimo Jackie lo consolará y apoyará de igual manera.
No puedo decir que lo odio, no tengo nada contra él, no me ha hecho nada malo; aunque no debería haber estado con un chico que tenía pareja, pero no era su responsabilidad serme fiel, él no fue quien me engañó, él no era mi novio. James, por otra parte, sí. Él sí me debía fidelidad, lealtad. ¿Dónde quedó esa lealtad que se supone que los Gryffindor poseen? ¿Esa valentía? Porque si fuese valiente, hubiese ido de frente y hubiese terminado conmigo, aclarando las cosas sin esa cobardía que se apoderó de él al engañarme, y si fuera leal no me habría engañado.
Suspiro, soltando lentamente el aire acumulado, y trato de volver a concentrarme en mi libro de Astronomía. Sin embargo, a la mitad del párrafo, escuchó la puerta abrirse y alguien entra en la habitación, cerrando la puerta tras de sí.
Deseo que sea Barty, que es uno de mis pocos amigos en Hogwarts aparte de Pandora, realmente lo deseo, pero sé que él estará con Peter, así que puedo adivinar que no es él.
Escucho los pasos y reconozco, por la forma de caminar, que es Snape; me aprendí la forma de caminar de cada uno de mis compañeros de cuarto para poder identificarlos si entran y cómo reaccionar si lo hacen para mo confundirlos con otros.
-- Snape-- saludo para ser educado. No tendré mucha relación con él, pero Walburga y Orion me enseñaron modales, aunque los odie con mi ser debo reconocer que me han dado una buena educación respecto a algunas cosas, aunque no en lo que respecta a otras como la sangre y lo supremacistas que ellos son, sin embargo Sirius me enseñó lo ridícula que es la supremacía de sangre.
Sirius, sí, sobre él, cuando se enteró de mi relación con James, amenazó a éste de lastimarlo si me hacia daño. Cuando se enteró de nuestra ruptura y la causa de ésta, James no apareció por varios días hasta que se calmó un poco, con ayuda de Remus, su novio, y Peter, uno de sus mejores amigos. Claro que no está de acuerdo con su relación con Jack, pero tampoco trata de separarlos, y aunque siga enojado con él trata de no sacar ese tema para evitar discusiones.
Remus y Peter también están enojados con James por engañarme, sin embargo tienen una mejor relación con Jack que Sirius, diría que más que amistad es algo así como cordialidad, aunque, como yo, tampoco tienen razones para odiarlo, y no lo hacen, y Sirius tampoco, sólo que él reduce todo contacto con él a un "hola" si es que está cuando él está con James.
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Ciervo - Jegulus
FanfictionRegulus Black vuelve a su cuarto año en Hogwarts luego de ser obligado a pasar las fiestas en la Honorable Casa Black tras la huida de su hermano. Sus padres, para nada empáticos, no han dejado escapar ni un error de su parte, pues incluso si se sal...