Chapter ten

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Dorcas

Me despedí de Narcissa al salir de Runas Antiguas para irme a Alquimia mientras mi amiga se iba a su clase de Arte junto a Xenophilius.

Desde que nos cruzamos con la primera persona de nuestro día noté que murmuraban sobre nosotras. Yo decidí ignorarlos, pero en clases también nos veían en exceso.

En los pasillos, incluso por separado, los estudiantes, de mismos años o más inferiores, no paraban de murmurar.

En un momento, mi brazo es entrelazado con otro u siento el aroma de mi amigo de Hufflepuff un año inferior, además de que al mirarlo confirmo que es Amos.

-- Dime que no es cierto-- murmura Amos y yo lo ?iro, confundida.

-- ¿Bien? No es cierto. Ahora, ¿quieres decirme, por Morgana, Salazar y todas las malditas casas, qué no es cierto?-- interrogo y él me mira.

-- ¿En serio no te enteraste lo que dicen en los pasillos?-- yo niego y él suspira, blanqueando los ojos-- Estuve toda la mañana escuchando rumores de que Narcissa y tú durmieron juntas. Dime, Mead, ¿lo hicieron?-- yo abro y cierro la boca sin saber qué decir.

-- Sí, bueno, no. Es decir, prácticamente, pero no, aunque podría considerarse como qué...-- antes de que pueda continuar dando vueltas, mi amigo vuelve a hablar.

-- Sé directa, querida-- pide y yo asiento, buscando palabras.

-- Sí, dormimos juntas-- varias personas que pasan por el pasillo me miran y vuelven a cuchillear entre ellos--. Pero es exactamente eso, dormimos. Nos acostamos en la misma cama y dormimos. No tuvimos sexo, por Morgana, no veo así a Cissy-- declaro y no vuelven a mirarme, eso sí que no escuchan estos chusmas que hay como alumnos.

-- Oh, por Helga, no sabes lo mucho que me tranquiliza eso. Pensé que iban a empezar una relación y nuestro grupo emoezaría a disolverse.

-- No, cariño, no te preocupes. Cissy es mi mejor amiga, sólo... Escucha-- bajo la voz--, ella recibió una carta de los malditos que tiene como progenitores y se sintió mal, entró en crisis. Yo la calmé y dormimos juntas para estar cerca de ella si estaba mal o necesitaba algo, pero no nada más que eso. Las chusmas que tengo como compañeras parecen querer serpientes en lugar de cabello-- siseo lo último y Amos me mira.

-- Oh, no. ¿Ella está mejor ahora?-- yo asiento.

-- La tranquilicé un poco, pero no puedo decir que está bien.

-- ¿De verdad va a poder huir de esa casa? Por favor, no nos ilusiones a todos así si no es verdad porque no quiero enterarme que vuelve allí y le hacen vaya Morgana a saber qué.

-- Va a irse, tenlo por seguro. No la dejaré poner un pie dentro de esa casa y mucho menos sin mí. Tranquilo, Am, la sacaremos de ahí-- él asiente y de pronto siento que se me olvidó algo importante.

-- Bien. Debo irme a Estudios Muggles, así que chau Mead-- se pone de puntillas para saludarme pero yo lo detengo.

-- Ah-ah-ah, no tan cerca, van a pensar que tú y yo también tenemos algo, Am-- ambos nos reímos y luego nos despedimos con un beso en la mejilla.

Siento que debía hacer algo, algo importante, ayer. Pero no recuerdo nada. Salazar, ilumíname, pienso.

Mientras camino, tratando de decifrar qué debía haber hecho ayer, una chica de cabello dorado me penetra con su mirada, una entre furia, dolor y decepción.

Automáticamente recuerdo qué era. Debía verme con Marlene a las once y media en un salón de quinto piso. Mierda, lo había olvidado. Es que, ver a Cissy tan vulnerable, tan triste, tan débil, yo...

Ciervo - JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora