Ciervo - Jegulus

Chapter nine

Los días siguientes se basaron en estudiar y conversar con Pandora al borde del Lago Negro, cuidar que Barty no se muera y chismosear junto a Marlene y conversar un rato cada día con Narcissa.

Respecto a las últimas rubias nombradas, se me hizo extraño que cada vez que me encontraba junto a Marlene y veíamos cerca a Narcissa y Dorcas, mi prima nos llamaba.

Es decir, sí, si nos cruzamos en los pasillos me saluda y hablamos unos minutos si no vamos apurados, pero esas veces que me encontraba con mi amiga de cabello dorado, mi prima parecía iluminarse y me llamaba emocionada.

Ante esto, tengo dos sospechas:

1. A mi prima le gusta Marlene y quiere estar cerca de ella.

2. Cissa sabe de Dorcas y Marlene y nos llama para hacerlas estar más cerca.

Realmente quiero que sea la segunda, no me imagino a mi prima con Marlene, además que Marlene gusta de Dorcas y le haría daño a mi prima si es que ésta realmente gusta de ella.

Era Domingo, casi las dos de la tarde, y me dirigía al salón de pociones, donde había quedado con Marlene.

Al llegar la rubia le saludó, sonriente, y pasamos.

Yo abrí un libro moviendo los dedos y ella parpadeó sorprendida.

-- Creí que los hechizos no eran tu fuerte-- comenta.

--- Lo son. No me va muy bien con los de transformaciones, pero todos los que nos enseñan en, por ejemplo, Encantamientos, me salen bien.

-- Tú podrás vencer a Dumbledore algún día si quieres Reggie-- se ríe y yo la miro mal--. Cierto, cierto. Reggie no. ¿Reg? ¿Mejor?-- yo asiento y ella sonríe.

-- Vamos por los ingredientes-- le digo y ella asiente.

-- Dime, ¿cuáles son los ingredientes?-- pregunta, observando los estantes.

-- Escarabajos, Bilis de Armadillo, Raíz de Jengibre, Bazo de Tritón-- empiezo a decirle y, al final, le digo que agarre la mitad mientras me llevo los ingredientes que yo agarré a la mesa.

-- Y dime, Reg-- comenta ella, llegando a la mesa--. ¿Ya le respondiste a tu Anónimo con A de Admirador?-- alza sus cejas repetidas veces, dejando los ingredientes en la mesa, y yo niego.

-- No. No sé quién es y no sé qué responder. ¿Y si no es bueno? ¿Y si me cae mal? ¿Qué haría entonces, Marls?

-- Mm, no lo sé, tal vez ¿decirle? Él mismo lo dijo, si quieres detenerlo, dile. Yo opino que podría hacerte bien tener alguien con quien descargarte y le puedas contar todo sin que te preocupe que te juzgue.

-- Pero ¿y si cuenta lo que le digo a todo el mundo?

-- Creo que no tiene sentido. Es una posibilidad, sí, pero sería muy elaborado. ¿Quién te haría tanto daño? Además, dijo que sólo le cuentes lo que quieras. Piensa en eso, para mí deberías acceder a su jueguito.

-- Tienes razón. Pero por ahora, presta atención a la poción que ya bastante mal te va-- ella asiente y empezamos a prepararla, indicándole todo lo necesario.

-- ¿Quedó bien?-- pregunta la rubia, inclinándose sobre el caldero al terminar.

-- Claro que sí. No me saldría mal a mí aunque la hiciera con la peor persona en pociones.

-- ¡Choca cinco, Reg!-- dice ella, emocionada y me alza la mano, yo sólo la veo confundido-- No me diga que nunca has chocado los cinco.

-- ¿Qué es eso?-- preguntó y ella ríe.